Sí, ya lo veis, estoy en una cama de hospital, concretamente de la clínica Ruber Internacional. Esta tarde he tenido que pasar por el quirófano para operarme la rodilla izquierda. Concretamente, he sufrido una rotura parcial del menisco lateral externo. Mala pata. Sí, ya me han hecho la gracia, es más, la tengo grabada, no me la quito de la cabeza. Es lo que toca, no pasa nada.
La semana no ha podido ser más mala. Fallé corte en el Andalucía Valderrama Masters, lo que me dolió mucho, no sólo porque no me quedaba sin opciones de meterme entre los 116 primeros y luchar por la tarjeta, sino porque tengo una espina clavada con ese campo. Me encanta y estoy deseando hacerlo bien. Tendrá que ser el año que viene sí o sí.
Después, aunque tuve la buena noticia de mantener la categoría 19, lo que me permitirá jugar unos 15 torneos del European Tour y el Challenge Tour completo, llegó el chasquido, el dolor horrible. Fue un mal gesto. Mala suerte. Ocurrió el domingo. Me agaché para coger una cosa, me resbalé y al intentar ponerme de pie otra vez, me giró la rodilla y se oyó un ruido. Me asusté mucho porque el dolor era tan intenso que pensé que podía ser algo de ligamentos. Por suerte, están intactos.
Me ha operado el prestigioso especialista Domingo Delgado. Sólo puedo darle las gracias por abrirme el domingo la clínica para explorarme e intervenirme de urgencia este martes para empezar lo antes posible la recuperación. Gracias, doctor.
La operación ha ido muy bien, aunque una buena noticia, conlleva a su vez una mala. La buena noticia es que cuando han entrado en la rodilla han visto que el menisco estaba en muy buen estado, así que han decidido suturarlo y no extraerlo. Esto es muy bueno porque me evitará problemas en el futuro. Lo malo es que si lo hubieran quitado habría sido una baja de unas tres-cuatro semanas y ahora van a ser tres meses. Una faena.
El gran problema inmediato es que me pierdo la Final de la Escuela en Lumine Golf y los primeros torneos de la temporada en diciembre, en Sudáfrica y Mauricio, que son torneos que me gustan mucho. No podré volver a entrenar hasta el mes de enero y espero estar listo en febrero. Ahora mismo estoy pendiente de lo que me diga el doctor para empezar cuanto antes la rehabilitación. Voy a trabajar como un perro para regresar cuanto antes, si cabe, más fuerte y con más energía. Cuando sucede una cosa de estas, que son el pan nuestro de cada día en el deporte profesional, te das cuenta de que a veces le damos importancia a unas cosas que no las merecen.
Estoy convencido de que dentro de todo lo malo, voy a saber extraer las cosas positivas y podré volver más fuerte cuando me recupere el próximo año. Muchas gracias a todos por los mensajes de ánimo.