Hemos sobrepasado la mitad de temporada en el Challenge Tour y la cosa pinta bien. Metido en el Top 15 de la Road to Omán y con resultados muy optimistas para afrontar el último empujón, donde se va a decidir todo y va haber muchos más saltos de lo habitual, ya que empiezan los torneos con ‘más pasta’. Por todo esto, de ninguna manera hay que bajar la guardia. Falta lo mejor.
Ahora me he tomado dos semanas de ‘descanso’ y lo pongo entre comillas porque no es descanso sin tocar un palo… He estado entrenando en Valderrama y Sotogrande. Además, he podido ver a Pepín (Rivero) y entrenar en el gimnasio. Necesitaba desconectar un poco el coco de la competición, que lo voy a necesitar a tope para los últimos torneos del año para estar fresco, que las últimas cuatro semanas son en Asia, con viajes largos, climas de mucho calor y mucha humedad. Así que volveré a la competición en el Rolex Trophy de la semana que viene.
El objetivo está muy claro: conseguir asegurar el Top 15 lo antes posible y si llega una victoria pues mejor, eso significará que prácticamente el objetivo esta conseguido.
Pero para conseguirlo hay algo mucho más importante: seguir haciendo lo que vengo haciendo… Ya lo he dicho otras veces y sonará repetitivo, pero es lo que hay que hacer. La idea siempre es dar lo mejor cada día, cada vuelta, cada golpe, estar tranquilo y confiado de que tendré momentos para hincarle el diente a algunas semanas.
Hay otro aspecto positivo pensando en el final de temporada: los campos que faltan los conozco casi todos y son bastante favorables a mi golf, donde la pegada y el buen juego es importante, especialmente las Series Finales de la Road to Omán (ya jugué muy bien en Ras Al Khaimah el año pasado, donde acabé cuarto) y los otros campos me gustan mucho, como el de la Final (Almouj en Omán) y el campo del Foshan Open en China.
¡Fuerza y al toro!
