¡Hola a todos los campeones de Europa!
Vi la final de la Eurocopa a solas, en un hotel de Irlanda, así que no os puedo contar grandes celebraciones ni bullicio… Pero la alegría va por dentro. Se lleva muy dentro…
También estoy muy contento, claro, por la última semana en el Irish Open. La verdad es que siempre me han gustado los links. Y no se me dan muy mal. Incluso jugué una final del British Boys en Ganton. Una final que, por cierto, perdí jugando contra Pablo Martín…
Como os decía, me gustan los links. Son campos que no se juegan igual y en los que no siempre hay que dar el golpe que aparentemente parece más razonable. El ejemplo más claro: muchas veces tienes que diseñar un tiro pensando en botar diez o doce metros antes de lo que sería habitual.
Al fin y al cabo los links son los orígenes del golf y hay que jugarlos con más imaginación. Creo que es por eso por lo que me gustan.
Mi juego sigue bastante bien. Después, una semana salen mejor los resultados y otras no, pero me noto bien. Ahora estoy incluso metido por los pelos en el equipo de la Ryder y les voy a ser sincero: estoy sorprendido por ello, no lo esperaba. Sin embargo, quedan muchos puntos y muchos torneos importantes, no hay nada garantizado, así que es bonito e interesante verse ahí, pero ahora mismo no me siento parte del equipo ni nada por el estilo.
Ahora toca el Open de Francia, otro gran torneo. Ya os iré contando.
