Me dio pena no estar en la Final de Dubai este año. Es obvio que siempre da rabia porque significa que tus resultados no han sido lo suficientemente buenos como para meterte entre los 50 mejores del Circuito Europeo, pero también por una estadística muy particular y honorífica. Yo era junto a Rory McIlroy el que más ediciones del DP World Tour Championship había disputado. Ahora él tiene una más que yo y pretender pasarlo va a ser complicado.
Deportivamente, 2023 no ha sido un buen año. Arrancó muy bien en Abu Dhabi y con buenas semanas en Tailandia, Kenia y alguna vuelta potente en Ras al Khaimah, pero después vino un verano muy malo, donde fallé más cortes seguidos que en toda mi carrera. Ahora al final he tenido mejores sensaciones, pero sin la cosecha de resultados suficiente para darle la vuelta a la temporada.
La nueva campaña ha empezado bien. La primera semana en Australia fue muy buena, con un top 10 que al menos ha servido para cortar la racha y estoy con la energía positiva, la ilusión y las ganas de poner el mismo esfuerzo y trabajo de siempre para recuperar mi mejor nivel juego.
Siendo realistas, los resultados demuestran que estoy a años luz de mi mejor nivel, pero cuando lo analizo fríamente sé que no estoy tan lejos. La clave principal está en los tiros a green. El drive ha mejorado este año, pero no he logrado capitalizarlo con los segundos golpes. El chip y el putter están también mejor, por lo que tengo clara la línea de trabajo. Necesito seguir recuperando mi mejor nivel con los hierros, buscando mi bola de fade.
En mi manera natural de pegar a la bola durante veinte años, siempre visualizo un golpe que sale por la izquierda de la bandera y abre unos tres, cuatro o cinco metros. Sin embargo, en los últimos tiempos he tenido muchas bolas que salían por la izquierda y no volvían… o acababan aún más a la izquierda. Eso no me gusta y no me permite estar cómodo. Me obliga a corregir dónde tengo que apuntar, a protegerme más y así es difícil lograr resultados. Se me hace muy incómodo apuntar a la derecha, pero si apunto a la izquierda y sé que hay opciones de que no abra la bola, te proteges apuntando un poco más a la derecha y si el golpe es malo, pues puedes acabar fuera de green y si es bueno, en el mejor de los casos acaba a cinco o seis metros que no es una oportunidad clara de birdie.
Esto es lo que me ha estado pasando y lo que me tenía limitado. Por eso, tanto en las tres semanas antes de Australia, como ahora antes de viajar al desierto, estoy trabajando en mi bola al fade. Esto no significa que cuando haya que pegar una pelota al draw no sea capaz de hacerlo, pero sí es importante tener un golpe natural donde estés más cómodo. El hierro 7 estándar debe ser apuntar cuatro o cinco metros a la izquierda de la bandera y esperar a que abra para dejarla muy cerca. Estoy convencido de que cuando consiga asentar esa bola al fade, y no queda tanto, el giro de los resultados va a ser abismal.
Ya sabéis que soy una persona bastante racional y empírica. Me gusta fijarme en los datos. Pues buen, la estadística que más correlación tiene con el ranking mundial es el approach to green. Si estás bien situado en el primero, lo estarás también la segunda… y viceversa. Se trata de mejorar en greenes cogidos y en proximidad a bandera. Este aspecto es lo que está afectando a mis resultados.
En cuanto al calendario, en principio jugará el Hero Dubai Desert Classic, Ras al Khaimah, Bahrein y Qatar. A partir de ahí, ya iremos viendo en función de cómo vayan los resultados.
Aprovecho para felicitaros a todos el año y desearos lo mejor para 2024.
