Inicio Blogs Rafa Cabrera Bello Tumbado a la bartola en mi casa

Tumbado a la bartola en mi casa

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Hola a todos desde las benditas y maravillosas Islas Canarias. Acabó el Open de España y por fin estoy disfrutando de una semana de vacaciones. Venía de jugar en China, Corea y ahora en Girona y me hacía falta un descanso.

La verdad es que por un lado me da un poco de pena parar porque estaba jugando muy bien y con buenos resultados, pero en el deporte profesional descansar también es muy importante y es bueno desconectar de vez en cuando. No voy a hacer nada especial, descansar, descansar, descansar y atender algunos compromisos.

¡¡Estoy muy contento por cómo ha ido el Open de España!! Es mi cuarto top ten de la temporada y encima en casa, con los míos. He sido además el mejor español y eso siempre es un orgullo…

Me han estado acompañando toda la semana mis padres, mi novia Ana, mi hermano Miguel y algunos amigos y me lo he pasado muy bien. ¡¡Gracias a todo ellos por el apoyo!!

Ya os contaba después de jugar en Corea que había subido un escalón como profesional al haber jugado bien en condiciones de lluvia y viento, algo que siempre me había resultado muy difícil. Pues bien, en Gerona volví a subir otro escalón y estoy muy contento.

Esta temporada me faltaba hacer cuatro días buenos en un torneo. Por lo que fuera, siempre había un día en el que resbalaba. Pero en el PGA no ha sido así. He jugado los cuatro días muy bien, muy sólido, fallando pocos golpes… ¡¡Es el camino!!Lástima el putter el sábado. Pero bueno, tengo que decir que estoy contento. Ha sido una buena semana.

Al estar mi familia conmigo, hemos aprovechado para ir a cenar por las noches y estar con los amigos. Algunas cenas han dado para mucho y nos hemos reído contando anécdotas. El viernes estuvimos cenando con Pablo Martín y sus padres y fue muy divertido. Después, cosas de la vida, jugamos juntos el domingo. Nos lo pasamos muy bien.

Y ahora os cuento una cosa que me pasó en el aeropuerto de Seúl, a la vuelta de Corea, bastante graciosa. Bueno, graciosa ahora, la verdad es que en su momento fue un poco tenso. Al grano. Iba a pasar el control de seguridad, después de facturar, y me llegó una operaria del aeropuerto para decirme que no podía pasar la maleta de mano, que pesaba demasiado. Estuvimos discutiendo un buen rato y lo que me alucinó fue ver pasar por delante de mis narices a otro pasajero con un bulto que era el doble del mío. Me negué a volver a facturar porque era un lío. Tenían que sacar la maleta y ya llevaba un buen rato allí.

Total que al final tiré por la calle del medio. Abrí la maleta de mano y empecé a sacar ropa y ponérmela encima. Pasé el control de seguridad con tres pantalones, uno de ellos corto, una camiseta de manga larga, tres polos, dos chalecos y una chaqueta. ¡¡Parecía una astronauta!! La maleta pesaba ya la mitad y me dejaron pasar. Qué pena que no me hiciera una foto.