Os tenía que contar mi experiencia en la 'semifinal' de la Escuela del PGA Tour. No me fueron nada bien las cosas. Por desgracia, el torneo de Singapur de la semana inmediatamente anterior se alargó un día más y llegué con el tiempo justo a Dallas. En fin, es responsabilidad mía, y además en Singapur hice un buen 16º puesto que merecía la pena con la bolsa de premios que había allí…
Los dos primeros días jugué bastante bien y no sé ni cómo lo hice, porque las dos primeras noches apenas pude dormir nada. El tercer día todo empezó a torcerse. Yo creo que fue por falta de concentración. Da igual, porque ya os he dicho muchas veces que no me gusta buscar excusas. Si me falló la concentración es por culpa mía. El caso es que en los últimos hoyos de ese tercer día me acabé liando.
Pero tengo claro que no me quedé fuera por nivel de juego, porque venía jugando bien en Castellón, Singapur y hasta en Valderrama.
La experiencia no ha estado mal, pero me hubiera gustado ir con más tiempo. Me hacía ilusión, pero las escuelas de golf son así. No pasa nada.
Y ya que hablamos de Escuela, la verdad es que seguí a diario lo que iba pasando en la Final del circuito europeo. Yo creo que esas seis tarjetas que sacó el golf español no son una casualidad. Hay detrás, entre otras cosas, una buena labor de la Federación. Yo me considero un jugador muy de la Federación porque soy consciente de lo mucho que han hecho por nosotros. De los jugadores que en mi generación estábamos en los equipos nacionales, prácticamente todos estamos en el circuito europeo: Gonzalo, Pablo Larrazábal, Álvaro Quirós, Alejandro Cañizares, Pablo Martín, Alfredo García Heredia, Sebi García Grout y yo… No es casualidad.
Mañana mismo os contaré algunas cosas de estas dos últimas semanas en Sudáfrica, donde ha habido un poco de todo, empezando por la victoria de Pablo otra vez en Leopard Creek…
