Lo primero que he hecho cuando he firmado hoy la tarjeta en Dubai ha sido preguntar cómo iba Rafa Nadal. Me han dicho que había perdido los dos primeros sets y había ganado el tercero. Bueno, conociendo a Rafa, había esperanza aún de victoria. Siempre. Ya sabéis que soy muy del tenis. Me encanta verlo y me encanta jugarlo. También soy muy de Rafa. Quién no.
He salido del Emirates Golf Club directo al hotel para ver el final partido. Cuando he puesto la tele iban 3-2 en el cuarto set. Ha sido para volverse loco. Qué recital de lucha, de garra, de España… Es increíble.
Rafa siempre ha luchado y ha peleado como el que más, pero después de la lesión en el pie, de sufrir el COVID, de llevar no sé cuántos meses sin jugar… A eso le tenemos que añadir que han sido casi cinco horas y media dando raquetazos. La verdad es que ha sido un espectáculo.
Ver a Rafa te hace sentirte orgulloso de ser español y tener ahí, con nosotros, al mejor del tenista de todos los tiempos es algo brutal. Ni qué decir tiene que es merecidísimo.
Y encima ganando en Australia, que es el Grande que más le ha costado en toda su carrera. Yo siempre he tenido claro que aún le quedaba alguno o algunos Roland Garros en el bolsillo, pero en Australia, con lo que le ha costado siempre y las cuatro finales que ha perdido… Es increíble.
Le doy toda la enhorabuena posible a Rafa y a todo su equipo por este triunfo alucinante.
Quiero tener una mención especial también hacia Medvedev. Ha estado increíble y es un jugadorazo. Su nivel de tenis hace todavía más grande la conquista de Rafa.
Orgullosísimo de ser español. ¡Vamos, España!