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GFC: reflexiones al cumplir quince años de carrera profesional

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Gonzalo Fernández Castaño. © Golffile | Thos Caffrey
Gonzalo Fernández Castaño. © Golffile | Thos Caffrey

Gonzalo Fernández Castaño cumple quince años de carrera profesional. Jugó el British Amateur en St. Andrews en el verano de 2004 sabiendo ya que sería su último gran compromiso como aficionado, precisamente en la cuna del golf (caería en cuartos ante el inglés Lee Corfield, subcampeón de aquella edición, en jornada de infausta memoria, pues marchaba tres arriba después de tres hoyos… pero esa es otra historia), renunciando incluso a jugar el Mundial amateur en Puerto Rico para prepara mejor la primera Fase de la Escuela del circuito europeo.

A grandes rasgos, es bien conocida su trayectoria: primero, nueve exitosos años en el circuito europeo, con siete victorias en su haber; después, cuatro años en Estados Unidos, buscando su sitio en el mejor circuito del mundo, donde vivió un buen primer año y también una etapa muy dura en lo que se refiere a logros deportivos, pero cuya experiencia vital él no cambiaría de ningún modo; y finalmente, regreso al circuito europeo, donde ahora mismo sigue trabajando a destajo por reverdecer laureles.

Estos quince años redondos dan para mucho y las reflexiones de GFC son siempre agudas e interesantes, cuando no polémicas, porque si algo no tiene son pelos en la lengua. Pero vaya por delante un aviso a navegantes: por expreso deseo del entrevistador, que no del entrevistado, en esta ocasión no habrá referencias al mundo de la política (sea Trump, sea Zapatero, o sea una investidura interruptus).

Nada más comenzar, un cheque ‘curioso’ en Mallorca y un acuerdo sin firmar que nunca dejará de agradecer. “Decidí que me hacía profesional tras jugar el Open de Madrid y el Open de Argentina en 2003 como amateur, porque jugué bien e hice buenos puestos. Aún me quedaba una asignatura para acabar la carrera y la aprobé en 2004 con la idea ya de hacerme profesional para la Escuela. Entre medias de las fases de la Escuela, jugué algún torneo con invitación, como el Mallorca Classic en octubre de 2004, donde acabé arriba y gané un buen cheque. Me creía el rey del mambo con esos euros en el bolsillo… Acto seguido, en el Open de Madrid, un amigo, Jaime Alonso, de GBS Finanzas, me presentó a Leo Fernández Pujals, que se comprometió conmigo a patrocinarme (Jazztel) si me sacaba la tarjeta del circuito europeo. Era un compromiso de palabra, pero cumplió: conseguí los derechos de juego y él me puso 150.000 euros, que era una pasta increíble para alguien que no había hecho todavía nada. Nunca lo olvidaré”.

Fernández Castaño estaba catalogado como un gran pegador: los grandes cambios en el golf en tan poco tiempo. “Sí, pegaba por encima de la media. Lo curioso es que seguramente le estoy pegando más ahora en cuanto a distancia del vuelo de la bola y aunque tenga menos fuerza que cuando tenía 25 años y no me mueva de igual manera. Son los nuevos materiales. Es que antes, en aquella época, la excepción eran los Álvaro Quirós, Bubba Watson o John Daly y hoy la excepción son los que pegan corto… Hoy en día ya hay unos cuantos que pegan más largo que Quirós y son muchos los que pegan igual de largo que él. Él ha perdido parte de aquella ventaja y ya no te digo los jugadores como yo”.

Los tres grandes ejes del cambio del golf profesional. “La evolución del material ha sido tremenda en estos quince años. Otra, la preparación física, mucho más profesional, seria y concienzuda. Y un tercer gran cambio son las nuevas tecnologías, pero no sólo en lo que se refiere a los nuevos materiales, sino a la enseñanza… Hace quince años no sé si verían uno o dos trackman en el campo de prácticas, ahora lo raro es que alguien no lo tenga. Antes tenías que confiar más en tu profesor y en tu instinto y ahora tienes los datos ahí, al instante, que te ayudan a saber qué estás haciendo en ese momento. A mi todo esto, el nuevo material y el cambio de swing, acorde a todas esas nuevas posibilidades y materiales, me ha pillado un poco entre medias. Al fin y al cabo yo había aprendido a jugar con palos de madera y ahora ves que los chavales saben latín. Todavía a día de hoy, cuando visualizo un draw, lo veo más pronunciado, como eran antes…”

Enseguida, un éxito que no todos esperaban: victoria en su torneo número 15 del circuito europeo. “Aquella victoria en Holanda en el verano de 2005 fue una sorpresa, para qué nos vamos a engañar. Hubo gente que pensaba que no me tenía que hacer profesional, que aquello no era una vida para mí, no me veían por estilo de vida, y otros quizá pensaban que no tenía el swing para triunfar como profesional… Pero yo siempre creí y sobre todo quería darme la oportunidad, porque si no sabía que me iba a arrepentir. Pero lo que me ayudó más fue la segunda victoria en 2006, contra Henrik Stenson en un play off. Esa sí fue determinante. Me hizo creérmelo más. Una semana buena todos la pueden tener. Pero el hecho de ganar por segunda vez y que ocurriera tan pronto fue clave en mi carrera.

Seve Ballesteros, Miguel Ángel Jiménez y Gonzalo Fernández Castaño en el Seve Trophy 2007. © Golffile | Eoin Clarke
Seve Ballesteros, Miguel Ángel Jiménez y Gonzalo Fernández Castaño en el Seve Trophy 2007. © Golffile | Eoin Clarke

Esos momentos marcados a fuego de estos tres lustros. “La única vez que he jugado con Seve al golf fue en un Open de Holanda, en una exhibición. Fue algo especial. Pero aún recuerdo más cuando me llamó al día siguiente de mi victoria. Me felicitó, me dijo que me había visto y me recordó que su primera victoria había sido también en Holanda… Después, el tiempo que compartí con él en un Seve Trophy, porque además yo había sido una de sus elecciones como capitán. Tampoco puedo olvidar un clinic que hice con Jack Nickalus en el Memorial y, por supuesto, el haber tenido la suerte de compartir tanto tiempo con Olazábal, que hoy es un gran amigo. Todos sus consejos, las anécdotas, las cenas, las rondas de prácticas. Y, aunque es mi amigo, aún lo sigo viviendo como algo muy especial. Para mí Chema sigue siendo también Don José María Olazábal, dos veces ganador del Masters y pareja de Seve en la Ryder”.

Gonzalo Fernández Castaño y José María Olazábal en el Bankia Madrid Masters 2011. © Golffile | Eoin Clarke
Gonzalo Fernández Castaño y José María Olazábal en el Bankia Madrid Masters 2011. © Golffile | Eoin Clarke

Una encrucijada de locura en estos quince años: aquel duelo con Tiger (WGC Match Play, febrero de 2012). “Era el primer cruce y la primera vez que jugaba con Tiger. Estaba nervioso, pero mucho más después de lo que pasó… Como me enfrentaba a Tiger fui a rueda de prensa el día antes y fueron todo alabanzas a Tiger por mi parte, como era lógico, pero en un momento dado se me ocurrió decir que era batible, y además aquello hizo gracia porque me hice un pequeño lío y me inventé una palabra en inglés para expresarlo… El caso es que Golf Channel cogió a Tiger y le dijo que este chico dice que eres batible, a lo que Tiger respondió simplemente: “yo también pienso que él es batible”. Con todo eso, estaba más nervioso que nunca en el tee del 1. No he vuelto a estar tan nervioso ni lo había estado antes. La verdad es que Woods no estaba jugando muy bien en aquella época, realmente no se podía mover bien o, mejor dicho, le costaba arrancar el swing y el caso es que empecé birdie, birdie, me puse dos arriba y en el tercer hoyo me hizo una sacada espectacular para evitar que me pusiera tres arriba. El partido fue con altibajos y lo tuve ahí… Pero yo creo que jugué muy cagado y no fui capaz de rematarlo. Me ganó en el 18 con un putt muy bueno para par. Juegas con él y te das cuenta de lo que es… Es emocionante y es complicado, porque también estás de espectador”.

Tiger Woods y Gonzalo Fernández Castaño en el WGC Accenture Match Play 2012. © Golffile | Fran Caffrey
Tiger Woods y Gonzalo Fernández Castaño en el WGC Accenture Match Play 2012. © Golffile | Fran Caffrey

Un apunte incierto, aunque no necesariamente negativo, acerca del futuro del Circuito Europeo. “Creo que tenemos un European Tour fuerte, pero no sé si es sostenible en el tiempo, la verdad. Esa es la duda que me queda ahora mismo. Así que es una buena pregunta, pero no sé exactamente hacia dónde va el circuito europeo y creo sinceramente que ni siquiera Keith Pelley (máximo dirigente del ET) lo sabe”.

¿Y el golf español? ¿Hacia dónde va el golf español? “Llevamos mucha gente durante mucho tiempo tratando de acercarlo, de hacerlo más popular y se han ido dando pasos pequeñitos. Creo que en España es especialmente importante ese referente que enganche a la gente y yo tengo muchas esperanzas puestas en Jon Rahm. Va a dar muchas alegrías al golf español y además está madurando mucho. Es importante tener referentes como lo es Rafa Nadal… No sé si Jon será un referente como Rafa, o el equivalente al golf, porque Nadal es el mejor deportista español de todos los tiempos, pero tengo muchas esperanzas en Rahm, aunque tampoco me gustaría ponerle toda la presión ni el peso de la popularización del golf en España sobre sus hombros, pero está claro que puede ayudar mucho”.

Siempre hay una espina clavada y más en quince años… “Me queda la espina de no haberme metido en un equipo de la Ryder y, la verdad, veo complicado que pueda ocurrir, aunque nunca haya que cerrar las puertas a nada”.

Lo que aún tiene que conseguir en los próximos años. “Me gustaría volver a competir en algún major y volver a ganar un torneo. Llevo mucho tiempo alejado de esas posiciones. En Qatar 2018, a falta de nueve hoyos, estaba metido en la pelea y yo creo que fue la última vez. Quiero tener de nuevo esa sensación y tengo muy claro que esta vez lo voy a saborear. Lo echo de menos, y si estoy ahí quiero disfrutarlo, porque quizá en el pasado lo dabas un poco por sentado, como algo que te podía ocurrir de tanto en tanto. Lo veré de otra forma y no sé si seré capaz de ganar, pero sí sé que voy a disfrutarlo”.