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Aquí estamos (dijeron Sergio y Gonzalo)

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Sergio García (-6) ha terminado una ronda de golf de competición oficial como líder en el Augusta National por primera vez en su carrera. Líder del Masters, al fin.

O colíder, para ser más exactos, igualado con el australiano Marc Leishman. Ya era hora, debe pensar el de Borriol. Nunca es tarde, podría añadirse.

A dos golpes y en cuarta posición se ha situado Gonzalo Fernández Castaño (-4), pringado de lleno en la pomada, lo que no es poco por más que resten 54 hoyos.  Seis birdies como seis soles y una nueva muestra sin complejos de ese pedigree de enorme jugador que crece y crece.

La Armada española ha comenzado haciendo ruido, y no de carraca. Es más bien el sonido limpio y seco de la maza sobre la mesa. Aquí estamos.

Ahora toca recurrir a un tópico tan manido como verdadero: las machadas, mejor los domingos. Pero del mismo modo es conveniente deslizar la mirada con cuidado hacia la segunda mitad de la clasificación para encontrarnos a Nick Watney (+6), Padraig Harrington (+6), Hunter Mahan (+4), Ian Poulter (+4)… Incluso, los dos jugadores que disputaron hace doce meses el desempate por el título, Bubba Watson (+3) y Louis Oosthuizen (+2), también se han complicado la vida en exceso. La sabiduría popular tiene estas cosas y cada tópico tiene su contrario complementario: los torneos no se ganan el jueves, pero puede uno perderlos o quedarse casi sin opciones. Una circunstancia en la que no se encuentran García ni Fernández Castaño ni por asomo. Estaremos de acuerdo en que esta certeza sí es inmutable. Y mañana viernes será otro día.

Quizá sean pocos los nuestros este año, pero el jueves ya se han ganado toda la atención de los medios internacionales y, por qué no decirlo, de la realización televisiva, lo que también es un regalo para el aficionado patrio. Sergio ha entregado una tarjeta libre de bogeys, lo que no conseguía desde la tercera vuelta de 2002. Ha llovido desde entonces. Y ha penado lo suyo el jugador español, que nunca dejó de remar aunque fuera a contrapelo, asqueado por momentos.

Las apariencias no deben engañarnos. En efecto, el Augusta National no ha mostrado su cara más fiera (hasta 32 jugadores han terminado bajo par y los greenes estaban algo más receptivos de lo habitual), pero sólo dos se han ido hoy sin apuntarse un solo bogey: Sergio y Trevor Immelman (-4).

El castellonense se ha marcado este registro (que iguala su mejor resultado en este campo) con escasa ayuda de los pares 5 (parcial de una menos en estos hoyos), condición que suele estimarse indispensable en este recorrido para ganar por goleada. Y además, su drive venía pidiendo la hora por los segundos nueve hoyos. ¿Cómo puede ser? Pues entre otras cosas pateando de lujo, incluso aquellos delicados tiros que no entraban. Además, su botín en el clínic de golf que ha ofrecido en los diez primeros hoyos ha sido de incalculable valor. Una lección magistral.

Gonzalo, por su parte, ha basado su éxito en el tramo de los hoyos 8, 9 y 10. Lo ha gestionado con un parcial de dos menos salvando situaciones comprometidas. En el 8 se iba de salida a la pinaza, pero resolvía este par 5 con un potente birdie después de pegar un gran tercer tiro. En el 9 pateaba desde fuera de green con instinto asesino y muy certero, pues la bola pegaba en el mástil y entraba. Y en el 10 volvía a visitar la pinaza, quedándose sin opción de hacer distancia, y terminaba embocando un putt de unos seis metros para par.

Tiger Woods (-2) ha arrancado muy seguro pero con el ángel amodorrado. Su hoja de ruta marcaba hoy seguramente un 68 amenazador, pero no ha llegado hasta ahí porque su putt se ha enfriado un poco respecto a lo que había mostrado recientemente. McIlroy (PAR) tampoco ha transmitido las mejores sensaciones en los greenes (32 putts). Y de nuevo se las veía y deseaba para hacer resultado, justo aquellos que nunca fue un problema para el joven norirlandés.

José María Olazábal (+2) luchará mañana por pasar el corte con serias esperanzas. Porque hoy, curiosamente, ha pegado desde el tee con aplomo, su calvario habitual. Pero se ha mostrado más errático con los hierros en la mano.

Resultados (Primera jornada)