Gonzalo Fernández-Castaño, con vueltas de 69 y 73 golpes, ha logrado superar el corte en las International Series de Qatar, torneo del Asian Tour que se está disputando en el Doha Golf Club. Pero esta semana es muy especial para el golfista madrileño porque además de centrarse como de costumbre en competir, en busca de un buen resultado, está ejerciendo otros dos papeles más, como padre y como entrenador.
Su hija Lola le está acompañando en el torneo ejerciendo como caddie. Y por si fuera poco, Gonzalo logró hacer tiempo en su intensa agenda en el torneo aparcando su propia preparación y sus rutinas posteriores a la ronda para poder trabajar como entrenador de Luis Masaveu. Ambos han recibido una invitación para disputar esta novena de las diez pruebas elevadas del circuito asiático, convertidas en un camino hacia LIV Golf.
El madrileño, dos veces ganador en el Asian Tour (conquistó el BMW Asian Open de Shangai en 2006 y el Barclays Singapore Open de 2011), dijo sobre esta triple cara que está disfrutando en Doha: «Jugar, ejercer como padre y como entrenador es algo diferente. Tal vez esté siendo positivo porque de alguna manera te quita presión sobre tu juego y te centras en otras cosas».
Gonzalo pasó el corte con dos golpes de margen. Pero su pupilo Masaveu, de 21 años de edad, marcha con ocho bajo par, metido de lleno en la pelea por el triunfo. «Siempre digo que tengo el trabajo más fácil porque es un pegador de bolas increíbles y lo tiene todo. Tiene todas las herramientas necesarias y creo que va a ser una de las grandes estrellas del golf español», dijo Fernández-Castaño sobre Luis.
«Conozco a Luis desde hace algunos años y hace como un año y medio aproximadamente me pidió ayuda con el putt porque en cierto modo era la parte más débil de su juego. Empezamos a trabajar juntos en eso y me insistió para que me involucrara un poco más en el swing. Eso es lo que estamos haciendo ahora. No sé qué pasa en España, ¡pero está claro que está saliendo mucho talento!», insistió Gonzalo.
Otro español que está brillando esta semana en Qatar es David Puig, también con ocho bajo par y metido en la lucha por el triunfo. El de La Garriga, de 22 años, ha demostrado su talento en las International Series, y durante todo el año en LIV Golf, como miembro de los Fireballs. Sobre él también opinó Fernández-Castaño: «Cada vez que juega en las International Series lo hace bien. Lo que ha hecho David este año, lo que ha conseguido, es extraordinario».
«La verdad es que es una pena que LIV Golf no reparta puntos para el ranking mundial. Pero los jugadores jóvenes es exactamente esto lo que deberían estar haciendo, aprovechar las oportunidades de jugar eventos como las International Series. Un día estás en Macao, otro en Hong Kong o ahora en Doha, y son eventos brillantes, sobre todo cuando tienes 22 ó 23 años», valoró el madrileño.
Gonzalo está en otro momento muy diferente, pero todavía quiere competir tan a menudo como sea posible y tratar de unirse a los circuitos para seniors cuando cumpla 50 años. Hasta entonces, disfruta de la mezcla de los torneos, los entrenamientos y el diseño de campos. Y esta semana, ejerciendo también como padre, con su hija Lola de 14 años llevándole la bolsa por primera vez en su vida. Una asociación que está funcionando.
«Cuando vi el campo y el rough pensé que iba a ser difícil porque mi driver no es especialmente bueno. Pero, de alguna manera, conseguí sacar adelante el trabajo del día. Creo que, como era la primera vez que llevaba a mi hija en la bolsa, me he comportado bien y he intentado disfrutar. Le encanta el juego y se lo está pasando en grande. Hoy estaba un poco nerviosa porque era su primer torneo, pero ha estado genial», confesó Gonzalo, que vive tres caras muy distintas esta semana en Doha.