Colomo se instala en el top ten en Ibaraki, donde lidera Bland, y Pigem se despide
Casi todo salió cruz durante la temporada y sólo él sabía que para darle la vuelta a la moneda había que cambiar de actitud. Llegó la hora y, mediada la Copa del Diamante, se presenta una ocasión pintiparada.
Javi Colomo (-2) rebosaba presión y ansiedad en este 2014 en el que nada salía a derechas. En agosto cambió el chip y enlazó cuatro triunfos consecutivos en el Circuito de Madrid. La solución pasaba exclusivamente por su cabeza. Más animado y menos angustiado, regresó al Asian Tour, donde ocupa el puesto 96 en el ránking y la necesidad de enganchar buenos resultados es obligada. Pasó el corte en Malasia y en Japón, tras la segunda jornada, disfruta del top ten (noveno) y aspira a subir algún escalón más en el Asia-Pacific Open Golf Championship para dejar muy atrás la posición 96ª que ocupa en el ránking.
Igual que en la primera ronda, el extremeño arrancó con el freno de mano echado, sin cazar greenes y salvando varios pares tirando sólo un putt, incluso apuntándose tres bogeys, y alguno pudo ser doble bogey. Con +3 terminó los primeros nueve hoyos y en el 10 vio la luz. Sólo en el 16 no cogió green, pero afinó los trastos de matar para embocar cinco birdies hasta el final y concluir con -1 y un total de dos menos, una situación muy positiva, aunque la competencia en el Ohtone Country Club sea feroz, donde marcha por delante Adam Bland (-5), otro australiano que toma el testigo de su compatriota Cameron Smith.
Carlos Pigem (+4) puso fin a su participación en Ibaraki al quedar relegado al puesto 71º. El ilerdense, como su compañero Colomo, inició la vuelta de forma torcida, aunque él lo hiciera por el 10. Tres bogeys en el primer tercio del recorrido ponían muy cuesta arriba su continuidad. Sin embargo, reguló su juego para embolsarse cuatro birdies, y un error más. Iba al par y le hubiera valido para seguir adelante, aunque los tropiezos en el antepenúltimo y penúltimos hoyos lo apearon de la cita nipona.
