Inicio Grandes Circuitos Augusta le arranca una sonrisa a Olazábal

Augusta le arranca una sonrisa a Olazábal

Compartir


José María Olazábal ha abierto el Masters de Augusta con una tarjeta de 74 golpes.

«Nunca es agradable jugar sobre par, pero no está nada mal, al menos diría que ha sido una vuelta digna», resumía el de Fuenterrabía con una sonrisa.

Y es que Chema tiene motivos para sonreír. El primero y principal es su drive. Ha estado espléndido, como hacía mucho tiempo que no se le veía. Sólo ha fallado uno en toda la vuelta. El resto, sólidos, rectos y largos. Bastante largos. Ha jugado con dos buenos pegadores como Leishman y Vogel, y en alguna ocasión, como en el hoyo 13, Olazábal ha enseñado matrícula.

Ha hecho dos birdies y cuatro bogeys, tres de ellos (5, 9 y 11) desde el centro de la calle. Los hierros hoy no han estado finos. «No me puedo quejar del drive, sin embargo con los hierros no he estado bien. Los he bloqueado a la derecha, no han sido hierros sólidos y no las he dejado cerca», explica.

Las señales en cualquier caso son positivas. Chema está dispuesto a aprovechar el árnica concedida por el Masters al ampliar el corte de 44 y empatados a 50. «Si mantengo este nivel de drive mañana y no llueve demasiado, ya que el campo se me pondría demasiado largo, tengo opciones de pasar el corte».

Otro motivo para sonreír es el trato del público norteamericano. No hay que olvidar que se trata de su primera vuelta de competición desde la Ryder Cup. Sin embargo, los aficionados han estado exquisitos, algo fríos, pero exquisitos. Ni un sola referencia. «Al revés, todo lo que he recibido ha sido cariño. Algún americano me ha dicho claro que quería que ganara Estados Unidos, pero aún así felicidades por lo que hicistéis en Medinah», comentó.

Al final, a un señor del golf como Olazábal, y mucho más en Augusta, se le perdona todo. Inlcuso, que te remonte de manera milagrosa y te gane la Ryder.

La lluvia aún no ha llegado a Augusta. Se está retrasando. Así, las condiciones de juego son inmejorables. Sopla una ligera brisa, pero nada especialmente intenso. Un buen día para hacer resultado.