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Autopista hacia el cielo

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Darren Clarke celebra su victoria en Shanghai

Es una distancia insignificante…

Imposible para perder el autobús, suficiente para que otra persona te oiga, increíble si un delantero falla un gol, hasta un camarero puede pillarte una comanda a trece metros… Pero qué interminables son esos trece metros en un putt de golf. Eso es lo que tenía Darren Clarke en el green del 18 para ganar el BMW Asian Open.

El norirlandés llegó al último hoyo del recorrido empatado a golpes con el holandés Robert-Jan Derksen. Necesitaba un birdie para ganar y evitarse la angustia de un playoff. Y lo encontró. ¿O se podría decir que lo encontramos?

Fue un putt de unos trece metros. Clarke se limitó a tocarla bien. El resto lo hizo el mundo del golf. Lo hizo Heather desde el cielo, lo hizo la masa de aficionados que se agolpaba en el green del 18, lo hizo la audiencia desde sus salones, lo hicieron muchos profesionales, compañeros suyos, los caddies, los árbitros, los que preparan el campo… Todos empujaron esa bola al hoyo.

Y cayó. Y fue birdie. Y ganó. Y se emocionó. Y se abrazó…

Qué bueno que volviste Darren. Cinco años después de ganar el NEC Invitational de la Copa del Mundo, el noirlandés se reencuentra con la victoria en el Circuito Europeo. Apenas dejó de ganar en realidad, pues tiene dos triunfos en Japón (2004 y 2005), además de las épicas victorias en la Ryder (02, 04, 06), que no son poco. Pero seguro que esta tiene un sabor especial. Clarke ha vuelto a ganar dos años después de que la vida le propinara un terrible revés. Su mujer Heather moría víctima del cáncer en 2006 y dejaba a Clarke muy tocado. "Han sido tiempos muy duros. He invertido horas y horas de incansable trabajo y la verdad es que este triunfo sabe muy bien. Es una victoria muy especial". 

Este triunfo coloca a Clarke en el puesto 14 del Orden de Mérito, al acecho de una plaza para la Ryder Cup de Valhalla 2008. Seguro que Nick Faldo, donde estuviera, también empujó para que cayera ese putt. Una Ryder sin Clarke es una Ryder, pero no es igual.

Una victoria con tanta carga emocional no podía llegar sin drama. Clarke tenía el torneo bajo control a falta de tres hoyos. Sacaba dos golpes a su compañero de partido, Derksen. Sin embargo, dos bogeys consecutivos en el 16 y en el 17 dejaba todo en el alero. Hasta que llegaron esos trece metros, una auténtica autopista hacia el cielo.

El resto del torneo pasa a un segundo plano con la victoria de Clarke:

Pero diremos que Derksen fue segundo, que Stenson y Kaymer sacaron su mejor juego en la última vuelta para meterse en el top ten, que los chinos sucumbieron, que Greg Norman (14º) dio otra lección, que Goosen nunca llegó a meter miedo, que Suneson (79 golpes hoy) también cayó hasta la posición 57ª, que por fin volvemos a Europa, que el Tour llega a España, que se planta en Sevilla el lunes y que, entre todos, viene Darren Clarke con su título bajo el brazo. No lo duden: se fumará un puro con Jiménez en el Real Club de Golf de Sevilla.

 

Clasificación: