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Bienvenidos al major más largo de todos los tiempos

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The Ocean Course, en Kiawah Island, no ha necesitado mucho tiempo para convertirse en un escenario legendario…El recorrido que esta semana acoge el PGA Championship se estrenó en 1991 con motivo de la Ryder Cup más cruenta que se recuerda. Desde entonces, ocupa un lugar de privilegio en la lista de los mejores campos del mundo. Será por su diseño de Pete Dye, que recuerda en parte a los links británicos, o quizá por su viento cambiante y constante capaz de sacar de swing al más pintado o por su exclusiva ubicación, en una pequeña isla en Carolina del Sur… O por todo un poco.

Antes de empezar, The Ocean Course ya ha batido un récord. Se ha preparado de tal manera que será el campo más largo de la historia de los majors. Si se utilizara todo el metraje posible, serían 7.676 yardas (aproximadamente 6.900 metros). Concretamente, dos yardas más de lo que tenía Hazeltine en 2009 y que hasta ahora era el major más largo de la historia. Evidentemente, no todos los días se jugará con ese metraje. Incluso es posible que ningún día se estire tanto, pero al menos existe la posibilidad.

El campo, al margen de aquella famosa Ryder Cup conquistada in extremis por Estados Unidos y de amargo recuerdo para Bernhard Langer, que tuvo el putt para ganar, ha acogido otros grandes torneos como las copas del mundo de 2003, conquistada por Immelman y Sabbattini, y la de 1997, ganada por Harrington y McGinley. También recibió al Senior PGA Championship de 2007 y fue la localización elegida para una buena parte del rodaje de la película protagonizada por Will Smith, La leyenda de Bagger Vance.

Más allá de su corta pero intensa historia, el campo tiene dos características fundamentales. Por un lado, aseguran en Kiawah que es el recorrido con el mayor número de hoyos junto al mar de todo el hemisferio norte. Tiene muchas características propias de un links, pero también algunas que no son habituales en los clásicos británicos, como por ejemplo la presencia de obstáculos de agua. Sea como fuere, su actor principal es el viento. Siempre sopla, siempre cambia, siempre intenso… Una locura.

La variación es tan brutal que el profesional puede llegar a tener entre un día y otro una diferencia de hasta ocho palos. Así ocurrió en la Ryder Cup del 91. En los días de prácticas, el hoyo 17 (par 3) se jugaba con hierro 7-8. El domingo final se necesitó entre el hierro 3 y la madera 3. Y además este año se jugará aún más largo, por encima de los 200 metros. Un monstruito.

Las condiciones cambian cada día, pero siempre hay viento. Ayer, por ejemplo, estuvo nublado, llovió, hubo riesgo de tormenta y el viento sopló con rachas de 30 kilómetros por hora. Nadie se atreve a hacer una previsión exacta a dos días vista.

Hay que recordar que The Ocean Course tiene muchas zonas de arena que no se jugarán como búnkers, por lo que los jugadores pueden apoyar el palo, retirar los impedimentos sueltos… Es la diferencia con Whistling Straits, otro diseño de Pete Dye, que acogió el PGA en 2010.

El cuarto major de la temporada es también el más ‘democrático’. No faltará ninguno de los mejores jugadores del mundo. De hecho, están los primeros 103 del ránking mundial. Los últimos en entrar han sido J.J. Henry, que ganó el Reno-Tahoe Open y William McGirt.

Kiawah Island ya es un hervidero de jugadores y aficionados. La gran mayoría de los profesionales que juegan esta semana el PGA Championship nunca antes han estado en este campo, así que todos los minutos son pocos para entrenarlo y prepararlo bien. Ayer mismo, ya estuvo jugándolo Sergio García, que en la imagen lo vemos firmando autógrafos.