Mañana comienza el Kazakhstan Open, una de las paradas claves en el calendario regular del Challenge Tour a causa de su millonaria bolsa de premios, comparada con la media que se gasta en este circuito. A estas alturas de la temporada, cuando el ranking comienza a estar más o menos perfilado, este tipo de pruebas pueden provocar vuelcos inesperados, irrupciones brutales o reacciones rotundas.
Las cuentas salen fáciles. Obviando la prueba de Madeira, que es un torneo híbrido con el European Tour, la media de ganancias que se ha embolsado el ganador en cada uno de los torneos del Challenge Tour es, redondeando, de 28.000 euros, mientras que en el Nurtau Golf Club (Almaty, Kazajistán) el mejor se llevará 72.000 euros. O lo que es lo mismo, dos veces y media más que la media de todo el año. En realidad, es el torneo mejor dotado de toda la temporada, incluyendo la Final en Omán e incluso el Foshan Open, que se juega una semana antes de la final y reparte medio millón de dólares.
Hasta el punto que el ganador, aún no habiendo sumado ni un solo euro en todo el año, casi tendría al alcance de la mano conquistar una plaza entre los quince primeros (se calculan alrededor de 75.000 euros para conseguir ese objetivo). Pensemos que un tercer puesto en solitario ya reparte más dinero (31.000) que la citada media de cheques ganadores.
En este punto habría que señalar que a Borja Virto, por ejemplo, le valdría con un sexto puesto en solitario en tierras kazajas para tener prácticamente conseguido el objetivo de terminar entre los quince primeros. Los otros seis españoles presentes van a necesitar algo más para dar ese salto de calidad decisivo: Juan Sarasti, José Manuel Lara, Sebastián García Rodríguez, Carlos Aguilar, Antonio Hortal y Emilio Cuartero.
Como era de esperar y siempre ocurre en este torneo, sólo faltan cinco jugadores de los primeros 45 del ranking del Challenge (Road to Oman), con el portugués Ricardo Gouveia, el Número 1, al frente. Hay tortas por mejorar y mantener las posiciones…
