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Entrevista con Pep Anglés antes de la gran final del Challenge Tour

La calma interior del Pep Anglés más espiritual

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Pep Anglés, durante la ronda de prácticas en la gran final de Mallorca.

En Portugal empezó a ver algunas cosas. Fueron destellos, tres fogonazos en forma de birdies para acabar. No fue suficiente para ganar, pero amarró un segundo puesto que lo colocó en la lanzadera para conseguir el gran objetivo. Pep Anglés comprobó justó ahí, en esa última ronda, que el plan era bueno y que iba a funcionar. Si hubiera estado en una bañera en lugar de un campo de golf habría dicho «eureka».

Pep Anglés ganó el pasado sábado el Andalucía Challenge de Cádiz en el Real Club de Golf Novo Sancti Petri y confirmó que todo lo que ha trabajado en el último año, las horas y horas que ha estado cambiando cosas, construyendo un método desde cero, confiando en un camino único e intransferible, muy suyo, muy personal, funciona. La victoria alegra, satisface y reconforta, pero lo que emociona es comprobar que algo en lo que crees, pero aún no has podido palpar, es real. Que aquello en lo que creías de forma ciega es de carne y hueso.

Anglés se sincera en Ten Golf unas horas antes de empezar la gran final del Challenge Tour en Mallorca. «Llevo cuatro meses haciendo una rutina que podría verse como un poco excéntrica. Tiene cuatro partes, mental, espiritual, física y emocional. He empezado a trabajar con dos personas que yo admiro por su trabajo y mentalidad, que no tienen nada que ver con el golf, y he creado una serie de rutinas y un método basados en la filosofía de esas dos personas. Estoy empezando a encontrar una calma interior que es lo que me permitió en Cádiz cerrar el torneo con tranquilidad. Claro que estaba nervioso y apurado en los últimos hoyos, pero fui capaz de hacerlo. Vi los primeros brotes en Portugal. Ahí comprobé que podía cerrar torneos y en Sancti Petri se confirmó. Esto muy contento», asegura el golfista de Llavaneras.

En cierto modo, se podría decir que Pep necesitaba ganar. Es un golfista con una proyección mayúscula desde que se peleaba a brazo partido con Jon Rahm por las victorias como amateur. Ganó pronto en el Alps, creció rápido en el golf profesional y de pronto sintió como si el reloj se hubiera parado. Necesitaba ponerlo de nuevo en marcha y lo ha conseguido. «Para mí ganar era muy importante. Me cambia. Para mi confianza era fundamental. Estoy muy orgulloso de ser capaz de cerrar el torneo de esta manera. Creo que me lo merezco porque he trabajado mucho», afirma.

Anglés no llegó a la doble cita del Challenge en Andalucía en su mejor momento desde el punto de vista de juego. Trabajó más de lo habitual, si cabe, en las dos semanas anteriores y no estaba cómodo. Dos días antes de viajar a Cádiz encontró una sensación nueva y la fue alimentando con trabajo y creciendo sobre ella. El resto lo ha hecho su actitud y esa calma interior de creer en lo que está haciendo. «He vuelto a las bases de lo que hacíamos al principio con Miguel Ángel Duque y estoy muy contento con el proceso que llevo con él. Cada vez me encuentro un poco más cómodo», apunta. No obstante, la parte mental es la que sale más reforzada, sobre todo el hecho de ganar bajo máxima presión. «Me jugaba muchas cosas. De rebote me estaba jugando muchos contratos y espónsors que son la consecuencia de ganar o no un torneo. Había mucha presión y sabía que bajo presión aún no tengo el control que me gustaría tener, aunque lleve un año trabajando de esta manera. Estoy muy contento porque he hecho un trabajo a nivel interior muy bueno. Es una victoria que voy a disfrutar durante mucho tiempo. No ganaba desde el Alps Tour y ha sido muy importante ganar en el Challenge y ver que puedo cerrar un torneo cuando las cosas importan y tengo mucha presión. Puedo centrarme en mi interior con la calma que he dicho, competir mejor cuando realmente lo necesito», señala.

La tarjeta del European Tour está ya en el bolsillo, pero Anglés no quiere detenerse ahí. El objetivo es ganar el Challenge, acabar arriba del todo y seguir probándose cada semana que sea posible bajo máxima presión. «Este triunfo me permite estar en Mallorca más tranquilo y pelear por el máximo. Me exijo todo, pero me perdono si no lo consigo. Esta victoria me hace ser más humilde. Tengo mucho que agradecer a todas las personas y amigos que hacen posible que me pueda dedicar a mi pasión como modo de vida. Sin ellos no sería posible y mencionar en especial a mi padre, a Edu, mi caddie, que no sólo es mi caddie, es íntimo amigo mío, y me ayuda en muchas otras cosas, Joseba del Carmen y Miguel Ángel Duque, y a la Federación Española de Golf y al programa Pro Spain, sin ellos no sería posible».