Inicio Grandes Circuitos Challenge Tour Etchart regresa a la élite al ritmo de “Des-pa-si-to”

Etchart regresa a la élite al ritmo de “Des-pa-si-to”

Compartir
Borja Etchart se sincera con Carmela Fernández Piera en esta entrevista que no tiene desperdicio. © Golffile | Eoin Clarke
Borja Etchart se sincera con Carmela Fernández Piera en esta entrevista que no tiene desperdicio. © Golffile | Eoin Clarke

Borja Etchart cogió su primer palo de golf a los dos años, al mismo tiempo que su hermana Paola se proclamaba Campeona de España. Tuvo un arranque vertiginoso y ya no soltó el palo hasta que su cabeza dijo basta hace justo un año. Ahora vuelve compaginando el Tour Europeo con el Challenge a ritmo de ‘Despacito’…

De un golfista y una nadadora sale la estirpe Etchart: Paola y Borja, dos de los profesionales más queridos de Neguri. Ella ahora es profesora allí y entrena a las chicas de la Federación Vasca, mientras que Borja se vuelve a subir a la ola del golf con madurez y templanza para, de una vez por todas, luchar por sus objetivos.

Borja Etchart, en el Iberdrola Open de 2011. © Golffile | Fran Caffrey
Borja Etchart, en el Iberdrola Open de 2011. © Golffile | Fran Caffrey

Objetivos que, cuando se hizo profesional con 21 años no le dio tiempo a marcarse, pues casi sin darse cuenta, ya tenía la tarjeta para jugar el Tour Europeo.

«Creo que fue un error no irme a estudiar a Estados Unidos»

“Ahora echo la vista atrás y de nada vale arrepentirse, pero creo que me hice profesional muy joven y que fue un error no haberme ido a estudiar una carrera a Estados Unidos, pero tampoco habría hecho todo lo que he hecho hasta ahora. Tengo que reconocer que tuve un comienzo muy fácil”.

Borja Etchart, en el Challenge de Irlanda del Norte en 2015. © Golffile | Thos Caffrey
Borja Etchart, en el Challenge de Irlanda del Norte en 2015. © Golffile | Thos Caffrey

Dice ‘fácil’ porque ahora que lo mira con cierta distancia, pero se le cambia la cara cuando recuerda la primera vez que fue a la Escuela del European Tour y en la segunda fase, yendo entre los líderes, le descalificaron por llevar un medidor de temperatura en el carro eléctrico. Una norma que desconocía por completo: “Fue horrible, era un carro que me acababa de regalar mi padre, tenía esa función y yo no sabía ni que existía. Fue durísimo porque la gente dijo y escribió que yo era un tramposo. Me habría gustado que me lo dijesen a la cara para poder explicarme, pero no fue así, quien quiso hablar mal, lo hizo y yo estaba hundido, pero la semana siguiente me fui a jugar la Final del Peugeot Tour a La Manga y me desquité. Jugué fenomenal, di todas las explicaciones que necesitaba dar, y gané. Fue un respiro para mi”.

«No llegué al nivel que se necesita en el Tour y no encontré a nadie que me dijese la verdad»

Gracias a las invitaciones de la RFEG a través del Programa Pro Spain, a pesar de no tener aún categoría para jugar el Challenge Tour porque se acababa de hacer profesional y tuvo aquel percance de la Escuela, pudo jugar algunos torneos del Challenge y después logró el pase Tour Europeo por la Escuela. “Me puse en manos de José Carlos Gutiérrez y él me llevó hasta el Tour, tengo mucho que agradecerle; tenía muchas ganas de llegar allí y estaba tan contento de haberlo logrado tan rápido… y sin embargo me quedó grande. No llegué al nivel que se necesita en el Tour. No encontré a nadie que me dijese la verdad, que habría sido: “igual no estás preparado para mantener la carta”. Ahora me doy cuenta de que lo ideal habría sido intentarlo hasta junio y, a partir de ahí, si no la tenías asegurada, intentarlo a través del Challenge, y es lo que yo le recomiendo a todos los que empiezan, pero estaba obsesionado con mantenerla, no lo disfruté; me quedó muy grande. Mi gran error fue no tener la cabeza donde tenía que estar, me metía presión, presión, presión y nunca conseguí jugar relajado”.

«Ahora pienso que igual lo mejor habría sido forrarme en aquella última vuelta en la Escuela…»

Borja es de la época de chicos que han sido o son hoy en día grandes jugadores del Tour: Carlos del Moral, Jordi García del Moral, Pedro Oriol, Jorge Campillo… precisamente con estos dos últimos disputó el Mundial Amateur de Australia justo antes de hacerse todos profesionales, los tres: “Fíjate, Pedro y yo sacamos la tarjeta, y Jorge se forró en la última vuelta de la Escuela y se quedó en el Challenge. Mira ahora dónde está Jorge y dónde estamos Pedro y yo, es duro reconocerlo pero viendo la trayectoria de Campillo pienso que lo mejor habría sido forrarme ese día y empezar en el Challenge Tour, y dar los pasos correctos, fui demasiado rápido”.

Borja Etchart, en el Open de Andalucía de 2012. © Golffile | Jenny Matthews
Borja Etchart, en el Open de Andalucía de 2012. © Golffile | Jenny Matthews

Tan rápido que pronto descubrió el peligroso encanto de lo que rodea al deporte profesional. Otro de los consejos que el bilbaíno quiere transmitir a los más jóvenes: “te sientes muy halagado cuando una empresa como ISM, en mi caso, que llevan a Rory McIlroy, Lee Westwood, Darren Clarke… vienen a buscarte, pero me vino muy grande. Es lógico que ellos lo que quieren son resultados, y con jugadores tan buenos no tenían tiempo para un chavalín que acababa de sacar la carta. Ahora me atrevo a dar consejos, creo que los primeros años en el Tour son de aprendizaje, hay que tratar de hacerse la vida cada uno por sí mismo, decidir calendario, sacar billetes, organizar viajes, coches de cortesía, todas las cosas que hay que aprender. Y cuando rindas, entonces fichas”.

«Es un halago que venga a buscarte la empresa que lleva a Rory o Westwood, pero a mí me vino grande»

Después de aquella temporada la moral acabó por los suelos y el nivel de golf no volvía a estar donde le llevó al Tour. Jugó el Challenge, llegó a perder la tarjeta y se centró sólo en el Alps Tour, a través del cual y con el apoyo de Salva Luna, tras una temporada en la que cada semana optó al título, consiguió volver al Challenge.

«Mañana cuelgo los palos»

Así arrancó 2015, con “un nivel de juego espectacular, y una confianza tremenda que se fue minando, semana a semana fallando cortes por un golpe. Uno sólo, que es casi peor que fallar por más, y tantos seguidos acabaron conmigo. Me acordaba mucho de mi temporada en el Tour, que en aquel momento no estaba preparado, pero en ese sentía que estaba preparado, venía de jugar el mejor año de mi vida, no pasaba un corte y me destruyó. Recuerdo perfectamente el día, en junio, en un torneo en Irlanda, en la primera vuelta hice cuatro bajo par, en la segunda una más y volví a fallar por un golpe. Salí a correr con Emilio Cuartero y allí, entre vacas, que nos hicimos un selfie, le dije “mañana cuelgo los palos”. Me dijo: ‘estás loco, no digas tonterías…’. Pero así fue. No quise saber nada de golf durante siete meses. No toqué un palo de golf en ese tiempo”.

«La biografía de André Agassi me llamó mucho la atención»

Muy familiar y especialmente niñero, si hay alguien por quien siente debilidad Borja es por sus sobrinos, se le ilumina la cara cuando habla de ellos. “Será por eso de la familia vasca, pero somos muy familiares, estamos muy unidos. A pesar de haberme ido de casa muy joven para competir, tengo mucha necesidad de familia, siempre nos han apoyado en nuestras decisiones, y en esta ocasión su apoyo fue fundamental”. Aunque estos meses sabáticos pueden sonar envidiables, “llegó un momento que no sabía qué hacer con mi vida. Hice mucho surf, mucho, preparación física –está, como dirían los jóvenes hoy en día, mazao!–, leí muchas biografías y me llamó la atención especialmente la de André Agassi, porque empieza hablando de los motivos de su retirada y yo acababa de hacer lo mismo, ¡sin querer compararme con él, por supuesto! Pero me había retirado del golf. Pasé mucho tiempo en Cádiz con mis padres, estaba tranquilo y decidí apuntarme al Alps que se disputaba en Sancti Petri. Iba tan bien, tan relajado, tan tranquilo, que gané y fue una alegría, pero aún así no me decidí a coger los palos otra vez”.

Era final de temporada y todos sus compañeros luchaban por llegar a la Escuela y sacar la carta, cosa que en lugar de picarle, le creaba angustia. “Tenemos diferentes grupos de chat con jugadores y todos hablaban de la Escuela, viajes, hoteles, la angustia que supone, me ponía súper nervioso y me di cuenta de que no estaba preparado para volver, aun siendo consciente de que mi vida estaba entregada al golf”.

El encuentro crucial con Nacho Garrido

Así que decidió buscarse la vida dentro del golf y probar con la enseñanza, y tuvo la suerte de encontrarse con Nacho Garrido: “Lo llamé y me abrió las puertas enseguida. Fue realmente una suerte, le estoy agradecidísimo. Yo jamás había dado clase y no sabía ni cómo hacerlo ni si me iba a gustar. Empecé en el Estudiante, y todo el equipo de compañeros me ayudó mucho a enseñar y, sobre todo, a superar mis miedos. Ahora sigo con él en Somosaguas, y estoy contentísimo. Nacho está haciendo una gran labor y Somosaguas. Va a ser un verdadero campazo, en el que Nacho está invirtiendo mucho más que toda su pasión y sus conocimientos de golf”.

«Cuando juegas por dinero, te da miedo todo»

Y a través de la enseñanza, y esa pérdida de presión, aprovechó los torneos de Gambito que pudo: “iba mucho más tranquilo, decidí jugar sin presionarme sabiendo que tenía un trabajo en el que estaba feliz y me fue bien. Cuando las cosas van bien, todos confían en ti, cuando van mal, nadie. Y empecé a disfrutar otra vez y vino la recompensa. Analizando estos últimos años me di cuenta de que cuando juegas por dinero, te da miedo todo, y tenía que cambiar de mentalidad y volver a jugar con la cabeza como cuando era amateur, arriesgando y disfrutando”.

De vuelta al Challenge Tour

El que tuvo, retuvo, y con esa tranquilidad volvió el año pasado a veranear con sus padres a Cádiz, y ocurrió lo que era inevitable: “me picó el gusanillo, y decidí de la noche a la mañana ir a la Escuela, pensando que era la última que iba a jugar, pero con el único objetivo de ver yo mismo hasta dónde podía llegar. Me fui solo a la PQ1 a Portugal y pasé genial; a la PQ2 de Panorámica me acompañó mi padre e hice ocho menos el primer día, muy bien. Y de ahí directamente nos fuimos mi padre y yo a Gerona, el pobre que tiene prótesis de cadera y las piernas fatal, aguantó como un campeón a mi lado esas dos semanas. Y allí fuimos, con una mentalidad relajada, sin presión y jugué bien; me daba cuenta de que me faltaban muchísimos metros porque no había entrenado, y porque no pegaba las 500-600 bolas al día de entrenamiento, sino 20. Me veía fallón, pero a falta de dos días estaba entre los 25 primeros y me emocioné. Sacar la carta para el Tour habría sido la repera, pero tener la del Challenge y mitad del Tour creo que es la bomba”.

«Se nos exige una madurez muy temprana»

Todos los jugadores, hasta ganadores de Grandes, han pasado por momentos en los que han necesitado tirar la toalla o incluso la han tirado para poco después, volver a recogerla demostrando que el golf es su vida y su pasión. Sin embargo estos gestos a veces son penalizados por aquellos que no son conscientes de la larguísima vida profesional de un golfista: “muchas veces nos llegan a decir que somos ‘blanditos’, pero es que para llegar lejos hay que tener no sólo un buen nivel de juego, sino la cabeza muy bien amueblada y la vida personal tranquila, que esa es otra… Se nos exige una madurez muy temprana al mismo tiempo que a otros chicos de nuestra edad sólo se les exige que vayan a la Universidad. Cuando salía con mi grupo de amigos de Bilbao con 15, 16 años, yo me veía más maduro porque ya vivía mucho tiempo fuera de casa y a los 20 años ya ganaba dinero, ¡al mismo tiempo que mis amigos pedían la paga! Y estaban estudiando una carrera que no sabían si sería su futuro, se podían equivocar. En golf no tienes esa bola extra”.

«Muy pocos saben a dónde quieren llegar y Jon Rahm lo tiene muy claro»

Es seguidor del Athletic de Bilbao, “pero no tanto como Jon Rahm, ¡qué espectáculo! Es brutal la cabeza que tiene, ya me habría gustado a mí. Ahora que todos juegan bien, empezar el año sabiendo donde quieres llegar lo saben muy pocos, y Jon lo sabe. Y llegará, como hacía Tiger. Yo soy muy de Seve, pero no viví su época. Soy muy pro Tiger y toda mi vida he pensado que volvería por todo lo alto, pero ahora tengo dudas, no paro de leer que si le operan, que si no le operan… y estando así creo que es casi mejor que no vuelva, ante el riesgo de deteriorar su marca”.

«Soy muy vergonzoso pero escucho música y se me va el cuerpo»

Tras esa sonrisa traviesa, de chico que parece haber roto más de un plato, se esconde un auténtico bailón: “Soy un apasionado de la música, vivo con música, desayuno, duermo siempre con música y me gusta toda. Creo que el estado anímico de una persona se modula con música. Soy muy vergonzoso pero escucho música y se me va el cuerpo”.

Borja sabía que tarde o temprano volvería para arreglar aquello que no supo en su comienzo profesional. “De mis años anteriores me quedo con el dolor interior de no darlo todo para llegar donde puedo llegar. No luché lo suficiente por lo que quería. Y ahora estoy preparado para volver”, y si tuviese que buscar una canción para su regreso no lo duda: “Des-pa-ci-to”.

1 COMENTARIO

  1. Qué entrevista más entrañable, qué sincero Borja y qué gusto ver que detrás de un profesional, hay una gran persona.

Comments are closed.