Sebastien Gros (-14) se ha llevado el Najeti Open, tal y como cabía esperar después del despliegue mostrado por el jugador galo en las tres primeras rondas en un recorrido donde llegar a semejante registro no es tarea cualquiera. En la cuarta jornada gestionaba sin sobresalto alguno su mayúscula ventaja para cantar victoria por primera vez. El golf francés sigue de moda y no deja de destapar nuevos valores, o de confirmarlos, como es el caso.
En este sentido también se ha apuntado un tanto la Armada. Javier Ballesteros (+1) cerraba la semana con una ronda sobre el par (74) y se quedaba fuera del top ten, aunque todavía dentro del top-20. No ha sido un final feliz, o plenamente satisfactorio, pero al menos firmaba su mejor resultado en un torneo de cierto peso desde que se hizo profesional a finales de 2014.
Pongamos los puntos sobre las íes. Es un resultado que tampoco debe llevar a nadie a tirar cohetes, porque al fin y al cabo ni siquiera ha estado luchando por la victoria. Pero que, no nos engañemos, tiene un significado especial, tratándose del hijo mayor del gran Seve: emociona ver de nuevo ese apellido en la lucha del golf profesional. Es tan simple como eso.
Por lo demás, trataremos de no inflar gratuitamente las expectativas, porque entre otras cosas él no tiene por qué cargar con semejante mochila ni sus logros de momento proyectan una carrera exitosa. Limitémonos a anotar que un Ballesteros progresa adecuadamente y que este hecho, en efecto, causa emoción y alegría.
