Si usted, señor profesional de golf o amateur de campanillas, aspira a liderar un torneo del Challenge Tour después de la primera jornada, ya puede arreglárselas para firmar una tarjeta lo más parecida a un 64, que se dice pronto. El alemán Sebastian Heisele (-8), por ejemplo, ha firmado hoy un 63 para comandar la tabla en el Vaudreuil Golf Challenge…
Y no son cuentas hechas a capricho. La media de golpes por debajo del par que se ha necesitado este año en el Challenge Tour para ser líder después de la primera jornada es de -7,6. Y lo que es aún más importante: para ingresar en el top-ten del torneo después de los primeros 18 hoyos suele hacer falta un resultado en torno a -5…
Dicho en cristiano: estos chicos salen como galgos y es necesario arrancar muy despierto para no conceder una ventaja que después sea muy complicada de recuperar, sobre todo si son tantos jugadores los que andan en números tan bajos.
Jordi García Pinto (-4), por ejemplo, ha cerrado hoy una ronda más que notable, con cinco birdies y un solo bogey, y sin embargo ni siquiera se encuentra ahora mismo en el top-ten. Salvo contadas excepciones, esta es la norma habitual. No se concede ni un solo respiro y el banderazo de salida más bien se asemeja al de una carrera de velocidad.
En todo caso, tanto el resultado del catalán, como también el de Juan Sarasti (-3) hay que considerarlos positivos. Desafortunadamente, son los únicos españoles que hoy han conseguido ganar al campo. Pinche aquí para consultar los resultados.
