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Colomo nos deja un buen botón de muestra de cómo es la Escuela

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Javier Colomo ha sido el último español en clasificarse para la gran Final de la Escuela del Circuito Europeo que empieza el próximo sábado en el PGA de Catalunya. En este caso, da exactamente igual ser el primero que el último. Se trata simplemente de un concepto cronológico. Lo realmente importante es estar en la Final y Colomo, como tanto otros, lo ha conseguido después de mucho sufrimiento, entereza mental y dolor de mandíbula. El extremeño nos cuenta su particular odisea, perfectamente extrapolable a cualquiera de los 92 jugadores que han conseguido esta semana un billete para Girona…

“Es una experiencia muy dura. Te esfuerzas al máximo por ir golpe a golpe, por no pensar demasiadas cosas, por evitar, sobre todo, tener el pensamiento de que te estás jugando toda una temporada en uno u otro golpe. Lo consigues muchas veces, pero otras es imposible… Esta vez ha sido aún más difícil porque ha durado un día más.

Ayer, cuando se suspendió la jornada, pensaba, ¡puf! aún queda otro día. La clave es dejar atrás los malos golpes, no castigarte, perdonarte los errores. Os pongo un ejemplo. Ayer, justo cuando empezó a diluviar, me lié en un hoyo. Fallé la salida y tuve que jugar a zurdas detrás de un árbol. La saqué a calle como puede y después pegué el hierro 4. Era difícil porque el terreno estaba blando por el agua y no sabes cómo te va a responder la bola, si va a salir bien, con barro, cómo vas a contactar… Bajo un aguacero pego el 4 y no me sale un buen tiro. Me quedó corto de green. El approach tampoco es bueno y me quedó a cinco metros de bandera. Metó el putt y sacó el puño. Gran bogey, Javi, me digo. Hoy he conseguido pasar a la Final por un solo golpe.

El desgaste mental es tremendo. Hoy me quedaban diez hoyos para terminar y tenía un colchón de tres golpes. Iba tranquilo, jugando bien, controlando la situación… Pero de repente todo cambia. En el hoyo 13 he pegado un buen golpe, pero me he quedado al principio de green y la bandera estaba al final. He tripateado y ha caído un bogey. En el 14, otro bogey tras fallar el green. Javi, adiós al colchón. Sabía que tenía que seguir atacando. No podía pensar en conservar, aunque tenía que jugar con cabeza. Se te pasan muchas cosas por la cabeza.

En el 15 he metido un putt de dos metros para par. Tremendo. Y en el 16, un par 5, ¡he hecho birdie! He pegado una buena salida desde el tee y me he tirado al green de dos con una madera 3. Este hoyo tiene mucha agua por la izquierda y he fallado el green por la derecha. Por mucho que quieras, no te atreves a desgirar del todo porque no puedes evitar pensar que el agua está a la izquierda. He hecho approach y otro putt de dos metros. Ahí ha estado la clave. Me quedaban dos hoyos y podía permitirme incluso un bogey. El 17 es un par 3 de hierro 4, difícil, pero he conseguido hacer el par y el 18 es un par 4 con mucha agua a la izquierda y largo.

En este hoyo me he tenido que quitar un par de veces de la bola porque mi cabeza no paraba de pensar. Ahora no podía fallar. Había llegado hasta ahí y tenía que rematar. El segundo golpe ha sido muy tenso. Me salió a la derecha, lejos del agua ante todo y se me ha quedaba clavada en el búnker. En cuanto he visto la bola me he dicho, a green y dos putts, aquí hay que jugar al bogey. Y así ha sido. Me he metido en la Final y el primer objetivo está cumplido”.

Colomo viaja en estos momentos de Arcos de la Frontera a Girona. Está molido por la tensión, pero con una sonrisa de oreja a oreja. Es la segunda vez que juega la PQ2 y los dos años ha conseguido pasar a la Final. Es una prueba de fuego de la que, sin duda, sale más reforzado.