Contra todo pronóstico, ya que se enfrentaba a competidores con swings extravagantes y velocidades de bola que alcanzan las 230 millas por hora, Bryson DeChambeau estuvo a punto de conseguir una victoria el sábado que seguramente le habría hecho tanta ilusión como el US Open.
El jugador que ha liderado la gran revolución de la pegada en el golf mundial llegó hasta la final del Campeonato Mundial de la Asociación Profesional del Drive Más Largo, celebrada en Mesquite, Nevada. DeChambeau acabó a un swing y 20 yardas de conseguir el llamativo cinturón de campeón al estilo del boxeo.
Bryson se enfrentó en la final con el alemán Martin Borgmeier. DeChambeau alcanzó la cifra de 406 yardas, pero Borgmeier, cuyo aspecto, con barba espesa, pantalones cortos y un comportamiento circense lo harían perfecto para la lucha libre profesional, mandó su tercera bola a 415 yardas y acto seguido pegó otra a 426 yardas, resultado ganador.
«Hay una cosa muy, muy importante, y todos vosotros lo sabéis», dijo Borgmeier. «Yo no estaría aquí, ninguno de nosotros estaría aquí con las mejoras en la tecnología, si un tipo no hubiera llegado hace un año para hacer de este deporte lo que es ahora. Y ese tipo es Bryson DeChambeau».
Y añadió: «¡Ha quedado segundo! ¿Qué está pasando? Ese tipo es un golfista profesional y está poniendo estos números de velocidad de bola… ¡golpeando más de 400 yardas! ¡Nadie ha hecho eso antes! La gente no se da cuenta de la locura que supone».
DeChambeau, que no habló, sonrió y saludó con la cabeza a Borgmeier. Hace un año, DeChambeau se inscribió por primera vez a este Campeonato. Llegó a cuartos de final y terminó séptimo, después de jugar la Ryder Cup.
DeChambeau necesitó su última bola para meterse en octavos de final. Lo hizo con un drive de 415 yardas. Entre los que no llegaron tan lejos destacó el dos veces campeón del torneo Kyle Berkshire, que terminó noveno.
