Branden Grace (-20) ha pasado con nota la prueba de Carnoustie, 69 golpes que lo mantienen como líder en solitario del Dunhill Links, con cuatro golpes de ventaja sobre su inmediato perseguidor, el danés Olesen…
El sudafricano ya ha demostrado este año que le gusta dominar los torneos, que se siente muy cómodo defendiendo la primera plaza y que, en definitiva, casi disfruta saliendo en el partido estelar. Como es bien sabido, ha ganado ya tres torneos en el circuito europeo. Pues bien, en todos ellos salió en el último partido del domingo. Primero fue el Joburg, en su tierra, donde defendió en la última jornada una ventaja de tres golpes. En el Volvo Champions, también en Sudáfrica, tampoco le temblaron las piernas saliendo de líder el domingo con un golpe de ventaja. Y en el Volvo de China de nuevo repitió partido estelar el domingo con una ventaja de tres golpes.
Así que muy difícil lo va a tener el resto. ¿Imposible? Veremos si el Old course de St Andrews reserva alguna sorpresa. Pero al respecto habría que añadir que la semana pasada Grace ganó el Vodacom, torneo del Sunshine Tour sudafricano, que se disputó en el mismo campo que el Volvo Champions (The Links, en Fancourt). En esta ocasión no salió de líder en la última jornada, pero sí fue la única tarjeta por debajo de los setenta golpes en un recorrido tipo links donde aquel día sopló el viento de lo lindo…
Al margen de la lucha por la victoria, habrá otras que nos ocupen en la jornada definitiva. Por ejemplo, habrá que ver si Alejandro Cañizares (-9), muy regular durante toda la semana, es capaz de asaltar el top ten y de darse así un impulso en la Race. O si Gonzalo Fernández Castaño (-7) sigue confirmando el sólido momento de su juego.
Hay que celebrar, asimismo, la presencia de Pablo Martín (-5) el domingo, porque el malagueño no pasaba un corte desde junio. Pero, tal y como él mismo ha repetido a través de las redes sociales, esta semana ha jugado inspirado por la hazaña de Ian Poulter en la Ryder, que le ha devuelto el amor por el juego. Hoy no lo ha pasado bien en Kingsbarns, dos más en el día, seguramente acuciado por recientes fantasmas, pero ha aguantado el tirón y aún puede demostrarse que la tarjeta para 2013 no es un imposible todavía.
Pablo Larrazábal (-4) apretaba hoy de lo lindo, pero sólo para morir en la orilla, a un golpe del corte tras entregar un magnífico 68 sin bogeys en el Old course. Especialmente doloroso ha sido el final de Jorge Campillo (-4), también fuera de juego después de encadenar cuatro bogeys en los últimos hoyos de Carnoustie.
