Inicio Grandes Circuitos DP World Tour A ras de hierba (y VI)

A ras de hierba (y VI)

Compartir

– Jamás pondremos de acuerdo a 156 jugadores, otros tantos caddies y periodistas varios. Pero nos marchamos de Mallorca con la sensación clara de que este Pula Golf se va asentando como uno de los test más duros y bellos del calendario internacional…

La mayoría así lo confiesa. Hemos escuchado alguna crítica durante la semana, pero eran las excepciones. Casi todos terminan reconociendo que se trata de un campazo, con todas las letras. Y Tengolf se suma al coro de alabanzas. Casi ningún recorrido reparte justicia como éste: quien juega muy bien, hace resultado y disfruta como un niño; quien juega más irregular, lo pasa un poco peor y tiene problemas para salvar el resultado; quien juega mal se pega un estacazo de cuidado. Como debe ser.

Tiene mérito si miramos el metraje, 6.325 metros desde el tee de profesionales, una distancia más bien corta para ellos en comparación con la mayoría de los campos que lidian cada semana. Al diseñador (José María Olazábal) no le hizo falta estirar el chicle. Tampoco ha hecho falta poner esta semana un rough imposible, aunque penalizaba lo suyo.

– Adrián Otaegui ha sido la sorpresa agradable del Iberdrola Open. Su 14º puesto es un tornado de aire fresco. Pero volvemos a insistir: lo mejor de este chico son sus maneras. Y no porque sea un prodigio de educación, que también, sino porque camina por el campo como un jugador hecho y derecho.

El joven vasco llegó a Mallorca y lo primero que hizo fue irse al camión de Titleist para pedir que le grabaran a martillo la inscripción “Seve forever” en su wedge de 52 grados. Señal de respeto a los maestros. Otro magnífico síntoma… Olazábal asegura, además, que el juego corto de Adrián es extraordinario. Lo que hemos visto esta semana en Pula confirma tal aseveración.

– Carlos del Moral ha sumado 16.650 euros con su 12º puesto de ayer. Con tal cantidad el valenciano ha ascendido al 5º puesto del re-ranking que se producirá después del Open de Madeira que se juega esta semana. Una posición que le permitiría disputar muchos torneos de aquí en adelante.

Pero la gran noticia para él, más allá de cifras y letras, es la sensación del buen swing reencontrada. Y la clave, como casi siempre, ha resultado ser la simplificación. Alejarse del robot que algunas mentes obtusas aún pretenden hacer de cada profesional…

Ay, Chris Wood. Volvió a fallar este inglés de 23 años que está llamado, en teoría, a hacer grandes cosas. No hay que escandalizarse por lo de ayer, porque el día ventoso podía acabar con las esperanzas de cualquiera casi a cada instante.

– Algo nos dice que Jorge Campillo ha encontrado buena parte de lo que andaba buscando (casi desesperadamente…). Ha vuelto a pasar un corte en un torneo del circuito europeo (al final 30ª posición), ha sentido de nuevo poderoso a su juego, aunque fuera por momentos, ha rebobinado para entender que su sitio es éste, el European Tour, junto a los mejores. A principios de junio cumple 25 años. Toda una carrera por delante.

– Nos sigue encantando el juego de Shane Lowry. Libre. Y el modo con que acepta el sube y baja del golf. Este joven irlandés, no obstante, se empeñó ayer en darle demasiada emoción a su vuelta: inicio catastrófico con bogey y doble bogey, recuperación sobresaliente (cuatro birdies casi consecutivos…) y de nuevo terremoto al final (un doble bogey y una ristra de bogeys…). Todo, menos aburrido.

– Darren Clarke, el ganador, es ‘El Príncipe’, según le nombra Lee Westwood. Es un jugador de tomo y lomo, y cualquiera sabe porque Westwood lo llama así, pero lo cierto es que, en efecto, nunca ha llegado a ser rey: en su larga y extensa trayectoria sólo cinco top-ten en ‘majors’ lo contemplan.

– Olazábal vio cómo estaba el día ayer y, en el fondo, muy en el fondo de su cabeza se dijo a sí mismo: “si consigo una vuelta de -1 puedo llevarme el torneo”. Su previsión de -5 no anduvo nada lejos.