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ACCIONA OPEN DE ESPAÑA | TERCERA JORNADA

Quirós no puede escapar de una realidad distorsionada

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Álvaro Quirós (-10) ha entregado hoy una tarjeta de 66 golpes y, aunque se le veía realmente satisfecho después de firmarla, ni siquiera un 63, o incluso un 60, le habría hecho variar su habitual discurso, erre que erre, más negativo que realista. Asegura que él nunca ha analizado su juego a través de los resultados, sino solamente desde sus sensaciones y, como éstas son más bien malas, se siente incapacitado para disfrutar en el campo, jugar libre y no sufrir. “Me he acostumbrado a pensar que hoy pueden salir bien las cosas, pero mañana todo mal, por eso creo que no tengo ni una sola opción de ganar el torneo, ya que algunos o todos los que estén por delante de mí en la clasificación, seguro que piensan bien en el campo”, señala.

Las sensaciones, por supuesto, son personales e intransferibles. Lo mismo que el nivel de exigencia que uno se ponga y hasta la capacidad de perdonarse. Por eso, no se puede decir de ninguna de las maneras que el discurso del jugador andaluz sea mentiroso. Sin embargo, en lo que respecta al golf, la realidad en la que vive está distorsionada. Donde la mayoría ve un eficiente recurso técnico para casos de emergencia (ese fade ramploncete que a veces pega desde el tee, por ejemplo), él sólo ve un disparo rastrero, cobarde… Una bazofia, vaya.

Donde muchos vieron una vuelta de golf bien gestionada y hasta brillante en algunos momentos, con un horroroso desempeño en los greenes, él veía una ronda en la que no había dejado de ir de lado a lado. Nos referimos a su segunda vuelta en este ACCIONA Open de España, en la que firmaba un 71 y, mucha atención, pateaba en diez ocasiones para birdie desde menos de cuatro metros de distancia.

Donde cualquiera podría concluir que hay que hacer muchas cosas bien para llevar sólo tres bogeys en 54 hoyos, que son los que lleva el de Guadiaro este semana, él entiende que todo se debe a una concreta alineación de los astros, que en cualquier momento pueden escapar de la fila en desbandada.

Digámoslo todo: un puntito de victimismo sí que hay en su discurso. Y también un pavor inconsciente a la frustración y a las expectativas. Ambas cosas, si se miran bien, tienen su razón de ser y son perfectamente comprensibles, dada la bilis que Álvaro ha tenido que tragar en los últimos siete, ocho o incluso nueve años, en los que pocas veces le han salido las cosas como él quería o esperaba. No olvidemos, además, que Quirós nunca ha dejado de percutir y de buscar la manera de recuperar lo más parecido a su mejor versión, porque, como señalábamos el pasado jueves, en el fondo sigue enamorado del golf, así que su manera de pensar no es la de un vago melindroso e infumable que sólo busca excusas. Sencillamente, está harto de recibir palos.

Mañana, sea como sea, tiene en su mano, incluso, salvar la temporada con una gran ronda final, o por lo menos darle un empujón al objetivo de salvar la carta para 2023, porque al fin y al cabo sale a sólo tres golpes de la tercera posición. Las cuentas son tan simples como exigentes: necesitaría algo así como un segundo puesto en solitario para cumplir con ese objetivo esta misma semana, aunque todavía le quedarán algunos cartuchos en Valderrama, Mallorca y Portugal.

Resultados en directo del ACCIONA Open de España