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Acerca de la PASIÓN

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– Hoy, viernes, toca un sensible cambio de escenario en el Vivendi Seve Trophy. Nubes grises y negras se ciernen sobre St Nom La Breteche…

Y, en efecto, exactamente 25 minutos antes de que salte al campo el primer partido (Bjorn-Jacquelin VS Dyson-Donaldson), descarga la primera andanada de lluvia fresca. Son sólo un par de minutos bajo el agua, pero no será la última descarga. Veremos cuánto y cómo llueve. Veremos cuánto y cómo se complica el juego. Hace un poco más de frío, aunque nada del otro mundo. El viento aún no se ha levantado firme, pero las previsiones hablan de rachas de hasta 30 kilómetros por hora.

El equipo Continental necesita irle dando la vuelta al asunto y cualquiera se atreve a vaticinar si el cambio meteorológico beneficia o no a sus aspiraciones… Sí parece necesario y urgente un punto más de calor (de pasión) entre los continentales, porque otro tropiezo como el de ayer puede dejar demasiado encauzada la victoria para las islas.

Paul McGinley asegura que él intenta por todos los medios reproducir en el vestuario de su equipo ese ambiente de Ryder. Esa pasión y emoción. Pero reconoce que no es sencillo. Que no es lo mismo. Es evidente. Van de Velde debe aplicarse al respecto si no quiere sufrir otra “dura patada en el trasero” como la de el jueves (así lo definía con sentido del humor el galo).

– Y seguimos tratando sobre la pasión. Pero al otro lado de las cuerdas. Situemos la acción: hoyo 17, par 5. La pareja española viene con el agua a la altura de las cejas en la primera jornada del Seve Trophy, dos abajo y con dos hoyos por jugar. Situación límite…

Pablo Larrazábal pega una madera de calle en su segundo tiro y se deja una opción de eagle de unos seis o siete metros. Sin embargo, a doscientos y pico metros de distancia apenas se escucha algarabía en el green, celebrando el magnífico disparo del barcelonés, y cuando en realidad es el último clavo ardiendo al que esta pareja del equipo Continental puede agarrarse…

La calidad y el talento en un torneo de golf corren a cargo de los jugadores, qué duda cabe. Pero nunca está de más algo de pasión al otro lado de las cuerdas…

En el Vivendi Seve Trophy más bien brilla por su ausencia. Los aficionados galos lo llevan con tranquilidad y la paliza del equipo británico apenas sí escocía ayer entre el respetable. La gente va a ver golf del bueno, y punto. Es un opción como otra cualquiera, así que no se entienda el comentario como una crítica ácida hacia los aficionados locales. Ni mucho menos.

Y además, todavía tienen tiempo de sobra para ‘entrenarse’ de cara a la Ryder 2018, donde recibirán la ayuda de miles de aficionados británicos y de otras partes de Europa. Porque a los americanos sí que hay que hacerles sentir un poquito la presión, ¿no creen?

– Miguel Ángel Jiménez tiene hoy una nueva oportunidad de desbancar a Padraig Harrington como el jugador que más puntos ha ganado en la historia del Seve Trophy. El irlandés suma hasta hoy 11,5, por los once del español. Lee Westwood, que sí está presente en esta edición, suma diez, pero ayer tampoco fue capaz de acercarse.

Por cierto, la derrota de ayer en fourballs de Hanson y Jacquelin (6 y 4 ante Jamieson y Fisher) estuvo a punto de convertirse en la más dura de la historia del torneo en esta modalidad de fourballs. Pero aún hay un par de resultados en el palmarés más contundentes. En concreto, el 6 y 5 que propinaron Jiménez y Olazábal a Woosnam y Montgomerie en el año 2000 (Wall y Wood también ganaron por 6 y 5 a Stenson y Karlsson en 2009).