Nunca hay que bajar los brazos porque quién sabe qué deparará la vida. Y el golf. Adri Arnaus (+2) hizo un ejercicio de resistencia y se sobrepuso a cualquier atisbo derrotista en el turno vespertino del Porsche European Open. La recompensa al tesón del catalán fue su presencia el fin de semana en esta cita de Hamburgo del DP World Tour, donde sólo una veintena de golfistas derrotaron a este monstruo llamado Green Eagle, un fiero recorrido por más que albergue seis pares 5. Nota: igual no merece la pena cambiar la bola y sí dificultar los campos…
Arnaus se embolsó tres birdies y un eagle al final de su primera ronda y por la segunda transitaba con +5 en 13 hoyos por culpa de cuatro bogeys, un doble bogey y un solitario birdie. Ahí sacó su mejor versión, puro rock ‘n’ roll, para librar un corte que progresivamente fue subiendo desde el +2 matinal al +4 final. Batacazos por doquier. El barcelonés, en cambio, rascó cuatro golpes en sus cinco últimas banderas: birdies al 14 y al 15 con un eagle de propina en el 18. No sólo superó la criba, es que se colocó en mitad de la tabla (puesto 41ª) de los 79 que siguen adelante en el norte de Alemania.
Junto a los matinales Tarrio (-3), Campillo (+1), Del Rey (+3) y García Heredia (+4), horas más tarde también alargaron su estancia en Hamburgo Rafa Cabrera Bello (+3), que hizo -2 en los primeros nueve hoyos y +2 en los segundos, y Ángel Hidalgo (+3), +2 al principio y al par después, para completar una nómina de siete representantes de la Armada el sábado y el domingo.
Nacho Elvira (+5) sucumbió el viernes después de un jueves motivador en el que terminó bajo par. El cántabro sigue sin dar con la tecla: empezó por el 10 y neutralizó sus dos bogeys iniciales con un birdie en el 15. Ahí se le fundieron los plomos con errores en el 11, 14 y 18, más un doble bogey en el 17, que lo apearon del evento germano. Fue una verdadera lástima que Sebastián García Rodríguez (+6) se quedara a las puertas del corte. Se la jugó en el 18, donde necesitaba un birdie después de hacer uno en el 15 y otro en el 17. El madrileño se mojó y terminó con un bogey que lo manda a casa.
La mañana dio más de sí que la tarde; no en vano, sólo dos golfistas del top ten compitieron por la tarde: Tom McKibbin (-5) y Paul Waring (-4). Ojo con el mozo norirlandés de 20 años, que recuerda por sus zambombazos y su nacionalidad a aquel McIlroy que nos dejó pasmados a todos cuando se hizo profesional en 2007 con 18 añitos. McKibbin tiene una pinta estupenda y ya ha cuajado buenas actuaciones como su duodécima plaza en Singapur y tres top 25 más en el DP World Tour.
En Hamburgo se ha encaramado a la segunda posición, tras el local Maximilian Kieffer (-6), después de firmar la mejor tarjeta vespertina (-4). El muchacho la rompe desde el tee (da fe el bombazo en el hoyo 9: 346 yardas) y ha minimizado los fallos con sólo tres bogeys en 36 hoyos, aprovechando su pegada para sacar tres birdies de sus cinco de este viernes en los pares 5. Atentos al chaval. Por cierto, el síndrome Ryder Cup ha noqueado definitivamente a Guido Migliozzi (+11). El italiano ha sumado hoy un +9 y de sus últimos nueve torneos no ha pasado el corte en seis. Lo que pesa que tu nombre suene para una Ryder en casa…
