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Estrella Damm Andalucía Masters | Declaraciones de Adrián Otaegui y Francesco Molinari

Adrián Otaegui, visto desde una ‘dimensión Molinari’

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Adrián Oategui durante la rueda de prensa del miércoles en Sotogrande. © Estrella Damm Andalucía Masters
Adrián Oategui durante la rueda de prensa del miércoles en Sotogrande. © Estrella Damm Andalucía Masters

Adrián Otaegui defiende esta semana el título de campeón del Estrella Damm Andalucía Masters que de manera tan brillante consiguiera el año pasado. Eso sí, lo hará en otro campo, el del Real Club de Golf Sotogrande, tras la apabullante exhibición desplegada en Valderrama hace doce meses, donde ganaba con seis golpes de diferencia. El vasco es uno de los 17 jugadores españoles presentes en la cita y, a pesar de unas ligeras molestias que sufre en el cuello, casi es obligado otorgarle el cartel de sólido candidato a la victoria. Por dos razones.

En primer lugar, porque le ha costado muy poco convertirse en un “enamorado de Sotogrande”, según ha confesado. Conocía el campo, pero no lo había jugado después de la última y profunda remodelación, así que ha sido esta semana, durante las vueltas de práctica, cuando ha ido actualizando los datos técnicos y las sensaciones y el resultado no ha podido ser más positivo: de enamoramiento, ni más ni menos, habla el jugador…

Y en segundo lugar, porque realmente es un campo que en apariencia le va como un guante al donostiarra, que suele sacar ventaja de los recorridos eminentemente técnicos y desde luego Sotogrande lo es. Podría añadirse una tercera razón, ya que Otaegui viene desplegando un juego muy consistente, seguramente por encima de lo que muestran los resultados contantes y sonantes.

Hoy el campeón defensor ha atendido a los medios en la singular y coqueta sala de prensa del torneo (hasta de un putting green disponen los periodistas para su uso y disfrute), pero no lo ha hecho solo, sino en compañía de todo un jugadorazo como es Francesco Molinari, que así se matan dos pájaros de un tiro, dicho en el mejor de los sentidos, y se cuadran las agendas de unos y otros. En circunstancias normales el italiano sería uno de los favoritos al triunfo. Incluso, el máximo favorito. No atraviesa, sin embargo, por su mejor momento, aunque él sigue trabajando a diario por recuperar la mejor versión. Cada cual en sus tiempos, modos, maneras, peculiaridades y palmarés, lo cierto es que se trata de dos jugadores que responden a un perfil parecido. “Que me digan algo así es un halago”, señala rápidamente el español, diez años menor que el italiano (cumplen los dos en noviembre: el primero, 31 años; el segundo, 41). No es para menos, en vista de los logros de Francesco…

Adrián Otaegui y Francesco Molinari hoy en la rueda de prensa en Sotogrande. © Estrella Damm Andalucía Masters
Adrián Otaegui y Francesco Molinari hoy en la rueda de prensa en Sotogrande. © Estrella Damm Andalucía Masters

No hace falta recordar que Molinari ganó el Open en 2018. Pero es que también ganó en su día un WGC (HSBC Champions 2010) y debutaba en la Ryder antes de cumplir los 28, en la edición de Gales 2010, sin olvidarnos de aquel fabuloso pleno en la Ryder de 2018 (jugó cinco partidos y ganó los cinco: sólo cuatro jugadores lo han conseguido desde 1979, año en el que Europa comenzó a jugar como tal: los estadounidenses Larry Nelson y Dustin Johnson, y los europeos Ian Poulter y Francesco Molinari).

En fin, son muchos y potentes los logros de Molinari en su ya dilatadísima carrera, pero también es innegable que Otaegui responde a un patrón similar de jugador. No son pegadores y su fuerte es la consistencia, la solidez, además de marchar y estar en el campo de un modo muy similar, con las emociones bien atadas. “Es verdad”, afirma precisamente Molinari, “somos jugadores parecidos en muchas cosas. Además, veo en él esas ganas de trabajar y mejorar, que han sido una parte fundamental de mi carrera, porque yo llegué a mi mejor nivel yendo paso a paso, trabajando mucho, poco a poco”.

Uno, Otaegui, parte mañana con una clara ventaja sobre el otro, puesto que sale por el lado aparentemente bueno del cuadro, el de los que salen a jugar el jueves en el turno matutino, con menos viento que los del turno vespertino, donde está Molinari. Esto, claro está, es sólo la teoría. Después no sólo es el viento quien pone a cada cual en su sitio.