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alexander levy se lleva el volvo china open al ganar en el primer hoyo de desempate a dylan frittelli

A Pablo Larrazábal le faltó empujar la puerta

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Pablo Larrazábal © Golffile | Phil Inglis
Pablo Larrazábal © Golffile | Phil Inglis

Alexander Levy (-17) ha sumado su cuarta victoria en el circuito europeo y la segunda en el Volvo China Open. Lo ha hecho imponiéndose en el primer hoyo de desempate al gran favorito en la jornada final en vista de la ventaja con la que partía, el sudafricano Dylan Frittelli (-17), pero que en el último tercio de la vuelta bastante hizo con llegar vivo al final. Hasta siete golpes le recuperaba el galo en la ronda dominical antes de llevarse el torneo con un birdie en el mano a mano definitivo.

Pablo Larrazábal (-16) se quedaba a un solo golpe del desempate, pero hay que reconocer a toro pasado que él debió templar y mandar mucho antes de llegar a ese final desesperado, en el que necesitaba un eagle en el 18 para igualar el mejor resultado. Se cumplió la primera parte de la ecuación, aquella que presupone las serias dificultades por las que pasará un líder primerizo para rematar la faena (Frittelli entregaba una tarjeta de 74 golpes). Sin embargo, al español le faltó cuadrar la segunda parte, aquella que depende más de uno mismo y según la cual hay que acertar a encontrar esos golpes que marquen la diferencia cuando más aprieta la soga. No los encontró Pablo, y cuando lo hizo (gran disparo en el hoyo 8 para dejarse una opción de eagle de no más de tres metros) no pudo exprimir todo el jugo.

Es muy posible, incluso probable, que los dos bogeys tempraneros de Larrazábal en los hoyos 1 y 2 le provocaran cierta ansiedad, con tres putts en el primer green del día, pues en un abrir y cerrar de ojos vio alejarse al líder a cinco golpes y aquello no entraba seguramente en ninguna hoja de ruta. El tropiezo le afectó lo suficiente como para restarle un punto de lucidez y templanza, porque desde aquel momento anduvo un pelín acelerado, sin llegar a ser capaz de empujar la puerta en alguna de las ocasiones que Frittelli se la dejaba entreabierta, que fueron unas cuantas, sobre todo en el último tercio de la vuelta. Pablo nunca se fue de la pelea, ni mucho menos, pero no era su día, no terminaba de encontrarse a gusto ni de cuadrar ese golpe o putt perfecto que volteara la situación, que le abriera nuevos horizontes.

También es cierto que el sudafricano, que iba pidiendo la hora, mantenía la sangre fría en los greenes, acertando a embocar hasta cuatro putts en los hoyos 14, 15, 16 y 17, tres para salvar el par y uno para hacer birdie, desde distancias muy delicadas que iban del metro largo a los dos metros y medio. Pero en la hora de la verdad, normalmente, a las dudas y los agobios de tu rival hay que añadir un golpe de gracia, un momento sublime de inspiración o acierto, sobre todo cuando vas con él en el mismo partido. Y eso es lo que le ha faltado a Larrazábal, al menos para haber salido a disputar el desempate.

Jorge Campillo (-12) asaltaba el top-ten con una ronda de 68 golpes que pudo ser incluso mejor, y Nacho Elvira (-6) ganaba casi veinte posiciones con un registro de 69. Pep Anglés (-5), por su parte, las perdía tras sumar 74 golpes en la ronda definitiva.

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