Tommy Fleetwood cumplirá 28 años el próximo 19 de enero, sábado, día que coincidirá con la última jornada del Abu Dhabi HSBC Championship, que en esta ocasión adelanta su inicio al miércoles, primer torneo del año del European Tour y, para más señas, perteneciente por primera vez a las Rolex Series. El asunto sería meramente coyuntural si no fuera porque el inglés ha ganado las dos últimas ediciones de este torneo y, mientras no se demuestre lo contrario, aspira a un triplete cósmico. Seguro que no se le ocurre mejor manera de celebrar el cumpleaños, rodeado como va siempre de su familia.
En su contra juega la estadística, es obvio. Si ya es complicado defender con éxito un título en este deporte, se antoja casi imposible la repetición de la jugada, mucho menos en un torneo como este, con un field de altos vuelos desde su primera edición en 2006. Sin embargo, en este caso será mejor dejar la puerta entreabierta.
El idilio de Fleetwood con el recorrido del Abu Dhabi Golf Club fue tan abrupto como inesperado. El inglés ha jugado las últimas siete ediciones seguidas del torneo y en sus primeras cinco participaciones en Abu Dhabi (2012-2016) fallaba cuatro cortes y apenas firmaba dos vueltas por debajo del par en doce intentos. No lo veía. Apenas conseguía meterse en faena y no encontraba las líneas adecuadas desde el tee.
En los meses previos a su primera victoria, en 2017, el inglés había estado trabajando muy duro para salir de una crisis de juego, lo que le llevó especialmente engrasado y a punto a la cita en el emirato. Quizá hubo otra clave: en aquella ocasión hizo un pacto con su caddie, Ian Finnis, un amigo de la infancia que entonces llevaba poco tiempo a los mandos de la bolsa, que consistía sencillamente en sonreír mucho en un campo donde las sensaciones casi nunca habían sido ni medio buenas.
La receta de Fleetwood para Abu Dhabi: “es necesario coger muchas calles y muchos greenes y, luego, no ser especialmente codicioso durante todo el tiempo”
Al final, de hecho, y después de tropezar tantas veces en la misma piedra, la receta que él mismo ha revelado en alguna ocasión para su éxito en Abu Dhabi no tiene en realidad mucho misterio: “es necesario coger muchas calles y muchos greenes y, luego, no ser especialmente codicioso durante todo el tiempo”, o lo que es lo mismo, entender qué banderas pueden atacarse con agresividad y cuáles no. Muy sencillo de decir, claro. El caso es que hasta 2017 su media de golpes en este campo estaba por encima del par (72,16) y en las dos últimas ediciones su registro se ha disparado hasta unas cifras casi inexplicables de 67,12 golpes de media por vuelta, una auténtica salvajada, para un acumulado de -39 en ocho rondas.
Llega a la cita en su mejor momento como profesional, a las puertas de un top ten del mundo que ya ha saboreado en 2018, así que, repitámoslo, mejor será no descartar que pueda soplar las velas de su 28 cumpleaños con un nuevo halcón, el tercero, bajo el brazo.
