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Arnaus casi no se altera con un -14 en dos días (aunque uno no cuente)

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Adri Arnaus esta semana en el Emirates Golf Club. © Golffile | Phil Inglis
Adri Arnaus esta semana en el Emirates Golf Club. © Golffile | Phil Inglis

Adri Arnaus (-4) arranca de nuevo en Dubai con orden y concierto. Y apuntando arriba. Como en Abu Dhabi. Allí, hace una semana, firmaba un 69 para empezar. Aquí, ha sido un 68 muy bien trabajado. La cuestión es que, sea como sea que venga la vuelta, se compliquen o no mucho las cosas, este jugador siempre suele transmitir una reconfortante sensación de orden mental. Es una virtud que en golf debe guardarse como oro en paño…

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Y aunque no deje de ser una anécdota, siempre resulta todo un poco más complicado cuando se viene de hacer un 62 en este mismo Majlis course del Emirates Golf Club, por más que ocurriera ayer durante el Pro-Am. Reconoce Arnaus que incluso llegó a ponerse un pelín nervioso ante la posibilidad de igualar o mejorar su récord personal, que sigue siendo aquel 61 que entregaba en la semifinal de la Escuela en el campo almeriense de Desert Springs, hace algo más de un año.

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¿Quién dice que no debe tenerse en cuenta lo que se haga en un Pro-Am? Hablando de ello y del Emirates Golf Club, hay un suceso que Tiger Woods ha recordado entre bromas y veras más de una vez, pues fue en este campo donde por primera y única vez en su carrera encadenaba tres rondas de 64 golpes, aunque la primera de ellas fue en el Pro-Am. “Y sólo me valió para quedar segundo”, suele puntualizar. En efecto, ocurrió en la edición de 2001 y el ganador final fue Thomas Bjorn, con dos golpes de ventaja sobre el californiano.

Arnaus, igual que todos los del turno vespertino, ha sufrido unas condiciones de juego sensiblemente más complicadas por culpa del viento, que llegaba a sentirse con una intensidad media-fuerte en algunos puntos del campo. Así que su resultado tiene aún más valor. El único momento de verdad delicado de la vuelta, en su penúltimo hoyo, el 8, lo solventaba con un gran bogey, después de enviar la bola a un matorral de salida y verse obligado a dropar con penalidad.

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El campo le gusta a Adri, quizá un poco menos que el de Abu Dhabi, pues todas las calles del Emirates parecen ir de derecha a izquierda y el es un jugador más de fade desde el tee, pero en general le entra bien por el ojo. El catalán suma y sigue, ganando experiencia en cada golpe (todo lo apunta, todo lo guarda) y emitiendo magníficas señales.

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