Brandon Stone (-20) ha recuperado en un visto y no visto la etiqueta de ‘gran promesa del golf mundial hecha realidad’ que se le colgó tras ganar con 22 años el Open de su país, Sudáfrica. Un año después, cuando ganó el Alfred Dunhill de nuevo en Sudáfrica aún disfrutaría de una breve y dulce resaca, con buenas posiciones en Dubai y en el Joburg a comienzos de 2017, hasta el punto de colocarse a las puertas del top-50 del mundo, un lugar al que se daba por hecho su ingreso, dado su ímpetu, visto su swing maravilloso y mostrada la calidad de su juego y la capacidad para rematar…
Sin embargo, todo comenzaba a ir marcha atrás. Se bloqueó. Lo tumbaron las mismas expectativas que su excelencia había levantado. En 2018, de hecho, su trayectoria no alcanzaba siquiera la categoría de discreta. Hasta esta semana en el Open Escocia, a donde llegaba perdido en el ranking mundial (número 371). Y más en concreto, hasta este domingo: vuelta de 60 golpes para llevarse de calle el torneo, teniendo además un putt de birdie de unos dos metros en el 18 para convertirse en el primer jugador de la historia del circuito europeo en firmar un 59. Este logro aún tendrá que esperar.
VÍDEO | Stone se quedó así de cerca de la mejor vuelta de la historia en Europa
A pedrada limpia, para hacer honor al apellido, si se permite este ingenuo juego de palabras, se ha llevado por delante a las dos docenas de candidatos al triunfo, hurtándonos a todos la emoción desbordante que se suponía íbamos a vivir. O lo que es lo mismo, pegando tirazos para dejarse birdies casi hechos (hoyos 1, 5, 10 y 15, por ejemplo), o enchufando putts estratosféricos, como el de eagle en el 16, muy largo y con una caída obscena de izquierda a derecha. Stone se ha metido de cabeza en el Open Championship y ahora cualquier sabe de qué será capaz en Carnoustie, aunque en esta legendaria plaza no va a encontrar las facilidades del Gullane Golf Club.
La otras dos plazas en juego han ido a parar a manos de Eddie Pepperell (-16) y Jens Dantorp (-15), el líder al inicio del día que se ha defendido como ha podido y que le birlaba el puesto a Trevor Immelman (-15) por tener una mejor posición en el ranking mundial. No obstante, quizá el golf sudafricano celebre con la misma euforia la victoria de Stone y el regreso de Immelman a la cobertura televisiva…
Stone ha podido con todo y con todos. A otro nivel. Sin mirar atrás. Y los grandes nombres metidos en la pelea por el título se han quedado algo cortos a pesar de cerrar una gran ronda (caso de Thomas Pieters), o bien no han terminado de romper (Fowler, Rose, Hatton), o incluso se han hundido (Bjork y sobre todo Knox). En esta última categoría, por cierto, habría que incluir a todos los componentes de la Armada española. Ninguno de ellos conseguía ganar al campo, lastrados todos por un mal inicio de vuelta, o incluso tenebroso según los casos, que desactivaba sus apretadas opciones y los alejaba de todos los objetivos, bien fuera el de la victoria, el del British y hasta el de darle un empujón importante a la temporada en la Race to Dubai.
Jorge Campillo (-8), por ejemplo, arrancaba con un triple bogey en el hoyo 1. Pero es que Pedro Oriol (-1), minutos antes, había firmado un ‘9’ en este mismo hoyo. Scott Fernández (-4) marchaba dos arriba después de cuatro hoyos y Gonzalo Fernández Castaño (-8), el más ‘comedido’, también iba sobre el par del campo una vez alcanzado el primer tercio de la vuelta, con bogeys en el 1 y el 4 y birdie en el 2. Uno de esos días terribles en los que nada sale como debe. Gonzalo, por ejemplo, sumaba los mismos bogeys en la última ronda que en las tres anteriores, aunque luchó hasta el final por equilibrar la balanza, igual que Campillo y que los demás, con desigual suerte.