Nacho Elvira (-4) y Pablo Larrazábal (-3) han comenzado con buen pie el Omega European Masters. Elvira ha entregado una tarjeta de 66 golpes y se ha metido provisionalmente en el top ten, a sólo dos golpes del primer líder del torneo, el alemán Max Kieffer (-6). Mientras, Larrazábal ha hecho 67 golpes y ha finalizado el turno de mañana metido justo en el top ten.
La prueba suiza ha arrancado con unas buenas condiciones meteorológicas y un campo excepcionalmente preparado, como siempre, por lo que los resultados han sido bajos. Ha predominado el birdie, aunque tampoco se puede decir que los jugadores hayan destrozado el campo, ya que Crans Sur Sierre se defiende perfectamente solito, especialmente como uno no tenga un buen día a la hora de ajustar las distancias con la altura del terreno.
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Elvira ha hecho seis birdies y dos bogeys en los primeros 18 hoyos. Una vez más, el jugador cántabro comienza bien un torneo, tal y como hiciera hace dos semanas en el Czech Masters, cuando firmó 65 golpes el jueves. Es una muestra más de la solidez que lleva manifestando Nacho en los últimos meses. No en vano, hay que recordar que sólo ha fallado dos cortes en los últimos catorce torneos.
Larrazábal, por su parte, ha demostrado en este estreno suizo que el descanso por vacaciones le ha sentado muy bien. Le ha servido para recargar pilas y ha vuelto con la mochila de birdies bien cargada. Su vuelta ha sido muy consistente, con un solo error y cuatro birdies.
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La cruz de la mañana en Crans Montana ha sido para Scott Fernández (+2), que al menos conseguía remontar en los segundos nueve hoyos para mantenerse aún con vida en el torneo, y Carlos Pigem (+7), que ha tenido un día aciago y se ha puesto muy difícil el corte.
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Más allá de los españoles, hay que destacar a Soren Kjeldsen (-5), a quien el campo parece irle como anillo al dedo, Andy Sullivan (-5) o Matt Wallace (-1). El inglés ha conseguido jugar bajo par después de pasar unas muy movidas 24 horas.
