Si a Jorge Campillo (-3) y a Pablo Larrazábal (+1) les hubieran dicho hoy, al acabar el hoyo 9, que iban a firmar tarjetas de 69 y 73 golpes en la primera ronda del ISPS Handa UK Championship, lo hubieran firmado con los ojos cerrados. Ambos estaban en ese momento en serias dificultades. Más allá del parcial que llevaban, uno sobre par en el caso de Jorge y un demoledor +6 de Pablo, las sensaciones no eran nada buenas. El extremeño había mandado dos bolas al agua y no estaba jugando bien y el barcelonés fallaba a la izquierda una bola tras otra. «No sé a cuántos árboles hemos dado desde el tee. Hemos dejado el campo más fácil para el turno de tarde, está más ancho», comentaba con su habitual ironía a Ten Golf.
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Sin embargo, tanto Campillo como Larrazábal llevan ya muchas horas de vuelo encima como para saber que las tendencias en una vuelta de golf pueden cambiar de un hoyo a otro y que, por tanto, hay que tener paciencia, saber esperar y no dejar de pelear un golpe. Eso es lo que han hecho en el Brabazon Course de The Belfry. Campillo se agarró a su putter en los momentos más delicados y se puso en marcha con una excepcional sacada de búnker en el hoyo 10. Buscó el green de uno, se marchó a la trampa de arena larga y desde ahí la dejó dada para birdie. Fueron cinco birdies y un bogey en los segundos nueve para un total de 32 golpes. Le había dado la vuelta a la tortilla y conseguía colocarse en la parte noble de la clasificación, a cinco golpes del poderoso líder en solitario, Justin Walters (-8), y a sólo dos de la segunda plaza, donde conviven Bernd Wiesberger, Joel Sjoholm, Scott Vincent y Benjamin Hebert.
Larrazábal, por su parte, se plantó en el tee del hoyo 10 con cero calles cogidas y un green. Un drama. El juego no estaba. Salía un pull (efecto excesivo de derecha a izquierda) detrás de otro. Tuvo que apretar los dientes e ir salvando los pares como podía, cuando podía. Como en el 10, después de tirar a green de 1 y sacar un gran 4 desde el rough. Sin embargo, algo hizo clic en el hoyo 11. Salió la primera bola recta del día desde el tee y desde es momento todas fueron así. La noche y el día. La maquinaria se puso en marcha en el 14, con un gran putt, y sacó una secuencia de tres birdies y un eagle consecutivos que taponó, cosió y casi hasta cicatrizó la herida inicial.
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Sebastián García Rodríguez (+2) tuvo también una primera ronda muy movida, con cuatro birdies, cuatro bogeys y un doble bogey. Es un mal resultado para empezar, aunque al menos se deja margen para superar el corte mañana con una buena vuelta.
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Las condiciones de juego en The Belfry no han sido fáciles, especialmente a partir de la una de la tarde, hora española. Se ha puesto a llover de manera seria, hasta el punto de que a eso de las tres de la tarde se suspendía el juego porque el campo estaba anegado. Ha estado unas cuatro horas detenido y después se ha reanudado sin opción alguna a completar el juego, como es lógico. Una buena muestra de las dificultades del campo cuando más estaba lloviendo es que Campillo, por ejemplo, ha necesitado drive y madera 3 para llegar a green en el hoyo 18 (par 4), el auténtico monstruito en el día de hoy. Se ha jugado con una media por encima de los cuatro golpes y medio.
De los que aún no han acabado su ronda, unos sesenta jugadores, los mejores son Julian Suri (-3) en doce hoyos y Wilco Nienaber (-3) en cinco hoyos. El español Alejandro Cañizares, único que jugaba por la tarde, marcha con un resultado de par después de cinco hoyos. Arrancó con un doble bogey en el 1 y después reaccionó muy con dos birdies consecutivos. El juego se reanuda este viernes a las ocho de la mañana, hora peninsular española.
