– En cuatro de sus últimas diez apariciones en el European Tour Alex Noren ha terminado primero o segundo. Más primero (3), que segundo (1). Así que habrá que tomarse muy en serio su liderato en solitario después de la segunda jornada del Nedbank. Este hombre está sembrado. Qué manera de patear, de recuperar. Hoy ha firmado un 67 en el Gary Player Country Club y manda con un acumulado de -8 y dos golpes de ventaja sobre sus inmediatos perseguidores, Osthuizen, Wood, Zanotti, Van Zyl y Coetzee.
Si Noren fuese capaz de ganar se podría meter en el top-ten del mundo. Palabras mayores. Pero no cabe duda de que es ahora mismo uno de los jugadores más en forma del planeta.
– La segunda jornada se ha hecho larga, ya que anduvo cerca de dos horas parada por la amenaza de tormenta eléctrica, pero en ningún caso aburrida. El escenario, exigente y duro, no lo permitiría. Además, Fabrizio Zanotti conseguía el primer hoyo en uno de la historia del torneo (hoyo 4) y el danés Lasse Jensen reventaba el hoyo 14 con un albatros desde unos 220 metros. Algo más que broches de oro.
– Alejandro Cañizares (-5) ha respondido al envite con determinación, firmando asimismo uno de los mejores resultados del día (vuelta de 68 golpes). Está bien metido en la pelea de cara al fin de semana y además finalizaba su ronda con birdies en los hoyos 17 y 18. Todo un subidón. El español ha mantenido unas buenas medias de acierto o precisión en el juego largo y además ha pateado sensiblemente mejor que el jueves.
Hay que valorar convenientemente estos primeros 36 hoyos de Cañi, puesto que los patinazos están a la orden del día esta semana. Un par de malos golpes o de despistes y ya anda uno sufriendo. Por la zona baja de la clasificación vemos a Kaymer, Willett, Schwartzel, Cabrera Bello (aunque el canario ha jugado hoy al par del campo), Pieters, Johnston… Y Stenson, con un excelente final de vuelta, terminaba entregando un 74.
– Nacho Elvira (+2) es el otro jugador español que ha conseguido vencer al campo (71) en esta segunda jornada y le ha servido para ganar quince posiciones. El cántabro encarna la moraleja positiva: las tarjetas por debajo del par valen miles de euros y un buen fin de semana puede disparar a cualquiera.
