Alejandro Cañizares (-18) y Carlos Pigem (-15) han respondido con entereza a la última gran prueba de la maratoniana Final de la Escuela del circuito europeo, la de la sexta y última jornada, donde todo se ratifica y decide. El primero firmaba una excelente tarjeta de 67 golpes en el Lakes course del Lumine Golf Club, y el segundo una no menos buena de 68, registros más que suficientes para conservar una de las 25 primeras plazas de la clasificación que ya tenían al inicio del día, las que conceden (o devuelven, según se vea) los derechos de juego del European Tour, la primera división del golf continental.
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Por desgracia, no ha habido pleno español, puesto que el tercer hombre que había pasado el corte después de la cuarta ronda, Pedro Oriol (-2), y que también se había situado en disposición de alcanzar la meta soñada, hoy ha perdido muchos puestos tras entregar un 77. Todo marchaba de la mejor manera para el madrileño, puesto que se había puesto dos menos en el día después de siete hoyos y en ese momento estaba metido entre los 25 primeros, pero un terrible y prolongado cortocircuito acababa con sus ilusiones, puesto que iba a firmar un macabro parcial de +7 en los siguientes seis hoyos…
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Cañi y Pigem no han dejado una fisura abierta a los fantasmas que siempre sobrevuelan este tipo de escenarios, con tanto en juego. Antes bien, han completado una ronda muy sólida, muy metidos en la batalla del golpe a golpe, cediendo ambos un único bogey en la recta final de la ronda, cuando realmente tenían ya la situación bajo control, especialmente Alejandro, ganador de este torneo hace doce meses y que hoy ha terminado en una magnífica tercera posición. Una excelente defensa el título, aunque se trate precisamente de un torneo al que nadie nunca quiere acudir a tener que defender nada…
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Pigem, por su parte, acababa octavo y no es una cuestión menor, ya que de ella, de terminar más o menos arriba dentro de los 25 primeros y empatados, puede depender el hecho de entrar en un torneo el año que viene o no hacerlo.
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Es de justicia deportiva destacar la impresionante actuación del ganador, el danés de 27 años Benjamin Poke (-25), que ha finalizado con una ventaja de seis golpes sobre el segundo, el experimentado Gregory Havret (-19), y de catorce sobre la línea del objetivo, con una apabullante cadena de seis rondas, todas, por debajo de los 70 golpes, siendo además la última la mejor (64). Poke había jugado este año el calendario completo del Challenge Tour, circuito en el que llegó a la Final en Mallorca con opciones incluso de conquistar un puesto en el top-15 después de las primeras dos rondas, objetivo del que finalmente se quedaba muy lejos, lo que le obligaba a jugar esta Final en la que se ha convertido en protagonista indiscutible. Es curioso, porque Poke apenas ha jugado un torneo del circuito europeo en su vida (Made in Denmark en 2015) y se ha destapado con una actuación de verdadero mérito.