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Colapso de la Armada

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No ha sido el día de la Armada española en Wentworth en la tercera jornada del BMW PGA Championship, precisamente en la que deben comenzar a perfilarse las opciones reales de victoria en la clasificación…

El día fue del movimiento… Pero hacia atrás (salvo Gonzalo Fernández Castaño, que sí ha conseguido mejorar su posición).

No puede decirse lo mismo de un Paul Casey (-13) que ha completado una jornada sin errores, en la línea de juego del viernes, mostrando un toque sutil y certero en los greenes y, en definitiva, con esa cara de intratable que se le pone a veces. Igual que el viernes, asimismo, ha dejado escapar los dos últimos pares 5 para meter a sus rivales una distancia casi definitiva. Sus principales amenazas, aparentemente, parecen Soren Kjieldsen (-10) y Rory McIlroy (-9). Pero hay que puntualizar que sólo aparentemente, ya que hoy el propio McIlroy, con la mejor tarjeta del torneo (65) se ha colocado ahí arriba y mañana podría hacer algo parecido otro jugador viniendo desde atrás…

¿Será este el año de la definitiva y espectacular eclosión de Casey? Esta temporada ya ha ganado en la gira de los Emiratos, además de su primer torneo en el PGA Tour (Houston), y ahora tiene a tiro el prestigioso PGA del circuito europeo. Cerca de cumplir 32 años siempre se ha hablado de este jugador como de un claro y futuro ganador de grandes. Queda claro que su golf dispone de más recursos que la media: su madera 3 va a donde llegan los drivers de sus rivales, si no más lejos, pega hierros a las nubes donde otros cogen maderitas de calle… Si encima patea de vez en cuando como hoy, apaga y vámonos.

Todo esto nos permite una reflexión: Casey ya ha ganado nueve torneos en el circuito europeo, así que no es ningún talento por descubrir, pero lo cierto es que apenas suma, si las cuentas no nos fallan, cuatro puestos de top-ten en ‘majors’ en su carrera. La moraleja es la de siempre… En España tenemos que quitarnos los prejuicios del todopoderoso fútbol cuando hablamos de golf: en este deporte, con 30 años quizá no has llegado todavía ni por asomo al esplendor de tu juego.

Lo de Miguel Ángel Jiménez (-4) ha sido hoy casi como subirse a un potro de tortura. No crean que su golf de tee a green ha sido demasiado diferente al de días atrás. Lo que ha pasado, lisa y llanamente, es que no ha metido ni un putt de birdie. Ni corto, ni mediano, ni el clásico ‘puro’ que te hace ver las cosas de otra manera. Son greenes traicioneros estos de Wentworth, donde muchas veces prima la intuición, y si pierdes pronto la confianza con el putter lo puedes pagar muy caro. El malagueño, con este 74 de hoy, no va a poder revalidar título, pero aún tiene un margen de mejora muy importante.

A Pablo Larrazábal (-3) le ha frenado en seco un doble bogey en el hoyo 17, cuando venía luchando una trabajada vuelta bajo par. Álvaro Quirós (-3) tampoco ha sido capaz de arrancar definitivamente la moto. El putter ha sido el principal culpable.

Gonzalo Fernández Castaño (-2) ha sido el único de los nuestros que ha jugado hoy bajo par (70). El madrileño, como viene haciendo toda la semana, ha apretado de lo lindo al final de la vuelta con tres birdies consecutivos que le permiten mantener intacto el objetivo de asaltar el top-ten y meterse así entre los cincuenta primeros del mundo, con plaza para el Open USA.

En realidad, esta es la lectura que podemos y queremos hacer: estos cuatro jugadores todavía pueden colocarse mañana en un top-ten que es de los más jugosos del año. No olvidemos que el décimo puesto puede rondar los 100.000 euros de premio, además de de la sabrosa cantidad de puntos que reparte para el ranking mundial.

Los españoles que salían aún más adelante tampoco han podido moverse. Pablo Martín (+1) ha jugado al par, pero el resto ha perdido en la lucha contra el campo. José María Olazábal (+2), Ignacio Garrido (+2) y Alejandro Cañizares (+5).