Pablo Larrazábal (-8 después de entregar una tarjeta de 64 golpes) y David Horsey (-9, 67) han metido más revoluciones al Trofeo Hassan II una vez finalizada la segunda jornada.
Se rebelan así contra el azar que los puso en el lado malo del cuadro y viniendo desde atrás para atrapar a los líderes de la mañana, Siem (-12) e Ilonen (-9).
La vuelta de Larrazábal ha sido un deleite. Como si el barcelonés se hubiera enganchado con brazos y piernas al lomo de un cohete en el tee del 1. Y no de los de verbena. De los otros, del modelo Apolo, para entendernos.
Puede aplicarse asimismo otra metáfora incandescente. La del volcán que entra en erupción y lo arrasa todo al paso de la lava. Una fuerza de la naturaleza (la de sus hierros), un arma letal (su putter). Un despliegue fantástico con la friolera de diez birdies en el zurrón. Cualquiera que lo haya visto, además, sabrá que no se exagera si se afirma que su resultado de ocho menos en el día puede haber sido incluso corto. Tuvo más opciones. Pero bien está lo que bien acaba y Larrazábal se ha metido en la pomada de lleno. Iguala la mejor vuelta del torneo, establecida ayer por Marcel Siem, con unas estadísticas reveladoras: 10 calles, 16 greenes y 26 putts.
La imagen del volcán entrando en faena sirve también como descripción gráfica de las últimas semanas de trabajo de este jugador. Venía haciendo las cosas muy bien, enviaba señales de excelencia que había que tener en cuenta; él mismo se postulaba casi como favorito para esta semana en Marruecos, en vista de su punto de forma y de lo mucho que le gusta el Golf du Palais Royal (Agadir)… Algo podía ocurrir y ha ocurrido. La explosión ha sido de relumbrón. Y hay que celebrarlo, porque no siempre dos más dos son cuatro. Ni en el golf ni en la vida.
El corte se quedaba finalmente en +3, por lo que la larga espera de Eduardo de la Riva (+4) resultaba un fiasco. José María Olazábal (+5) ha luchado bravamente por meterse en el corte, cayendo con las botas puestas en el green del 18. Cuando Chema cae siempre lo hace con gallardía. Por el camino se habían quedado opciones más que sobradas de haber firmado un vueltón, más allá de su buen 70 final.
También se quedó fuera Álvaro Quirós, al que pareció haberle mirado un tuerto en el día de hoy. Cierto que no desplegó su mejor juego, pero a ello se unió que todo lo que podía salir mal, acabó aún peor. Su juego ha estado por encima del resultado.
En el lado positivo de la balanza hay que colocar a José Manuel Lara (-1), hoy 71, que ha pasado el corte y se ha dejado opciones de hacer algo interesante el fin de semana. Al igual que Alejandro Cañizares, Jorge Campillo y Nacho Garrido, todos ellos con +2, destacando la remontada del madrileño (69 golpes).
