Dar un sustito. Así define Pablo Larrazábal (-7) tradicionalmente el hecho de llegar al domingo con claras opciones de victoria. O mejor: a los nueve últimos hoyos del torneo. Y si es en Alemania, fetén, pues la mitad de sus cuatro triunfos en el circuito europeo se dieron en este país, vaya usted a saber por qué.
VÍDEO | El espléndido approach ‘marca de la casa’ de Pablo Larrazábal
El barcelonés ha entregado hoy el segundo mejor registro de la tercera jornada del Porsche European Open, un 68 que unido a la empanada de Robert Macintyre (-9), que hoy necesitaba nueve golpes más que ayer para cerrar la vuelta, dispara sus opciones. Saldrá a dos golpes de la cabeza, donde también se encuentra el local Bernd Ritthammer (-9), en el penúltimo partido y junto a Paul Casey. Tampoco debiera impresionarle demasiado la circunstancia, puesto que en todos y cada uno de sus triunfos, sin excepción, tuvo que superar a extraordinarios jugadores en la batalla final: Montgomerie, Westwood, Sergio, Stenson, McIlroy o Mickelson.
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Algunas de las cosas que han ocurrido hoy en el Green Eagle Golf teutón debiéramos llevarlas apuntadas en la bolsa los cientos de miles de aficionados que vamos pegando sartenazos por esos campos de Dios. Para aprender de verdad a relativizar, más que nada. El zurdo Macintyre, que el viernes era por momentos algo así como un híbrido entre Bobby Jones y Ben Hogan, hoy no se encontraba ni mirándose al espejo; y Pablo Larrazábal, que 24 horas antes sufría lo indecible con el juego largo e iba birlándole pares al campo, hoy se gustaba pegando los hierros medios y largos, y hasta se marchaba con la sensación de haber dejado algún birdie por el camino…
El gusano que casi le juega una mala pasada a Paul Casey
Si ellos, los jugones, experimentan este tipo de transfiguraciones, en apariencia caprichosas e inexplicables, de un día para otro, de un hoyo a otro, ¿qué no vamos a experimentar los esforzados chicos del montón?
Declaraciones de Larrazábal: «Si juego como hoy, con paciencia, tendremos nuestras opciones de ganar»
“Venimos trabajando algunas cosas y hoy han salido, sin más. He jugado bien. Estamos donde queremos, donde nos gusta. A ver si puedo arrancar bien mañana y estamos ahí, en la pelea, en los últimos hoyos”, explica el español mientras se frota las manos.
Este es el apasionante final de año que nos espera con mucho en juego
Dar un sustito. No hay año en el que Larrazábal no ande enredando ahí, unas cuantas semanas, dando sustitos. Y no es poca cosa tratándose de alguien que encadena ya doce años en la primera división del golf europeo.
