- Jon Rahm (-22) ha defendido con éxito en 2019 su título de campeón del Open de España, el único que lo ha conseguido en la era del European Tour, desde 1972. El de Barrika no deja de añadir mortales y tirabuzones a la imponente pirueta que ya es su carrera profesional. Quiere ser el mejor del mundo y eso se demuestra cada semana, si es posible.
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El joven vasco nos ha mostrado una versión triunfadora que aún no conocíamos: la del líder tirano que sale en la última jornada con una ventaja importante y es capaz de dejar muy claro desde el inicio que el torneo es suyo. En apariencia, es la versión menos complicada de incorporar al elenco, porque al fin y al cabo son los demás quienes tienen que jugar mucho y muy bien para arrebatarte la victoria. Pero no, no es tan sencillo. Una ventaja amplia arropa, qué duda cabe, pero a veces también bloquea; el mundo del golf está harto de verlo.
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“Hoy me he levantado algo más nervioso de lo normal”, ha confesado el jugador. Y es que las expectativas aprietan de lo lindo. No, no es tan sencillo salir a jugar sabiendo que todo el mundo da por hecho el resultado final. Pero Rahmbo se ha comportado como un auténtico depredador desde el pitido inicial, desde el mismo hoyo 1. Era él quien se iba dejando las mejores oportunidades de birdie, aunque de entrada no las convirtiera. Y fue él quien, en el primer par 5 del recorrido, el hoyo 4, se dejaba casi dado el eagle. Todo muy al estilo del mejor Woods, para qué nos vamos a engañar.
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No ha sido coser y cantar, pero desde luego lo ha parecido. No hay otra sentencia que defina mejor a un jugador que está destinado para las grandes gestas, los grandes logros, los números de otra dimensión.
Sergio García deja su mejor versión para el final
Jon, además, ha portado con gallardía y poderío inmenso el estandarte de una Armada española arrebatadora. Porque él ha ganado, pero es que Rafa Cabrera Bello (-17) ha quedado segundo en solitario. Y Samuel del Val (-15) ha quedado tercero en solitario. Y Adri Arnaus (-13) ha quedado cuarto, empatado con otros dos jugadores. Y, en fin, hasta Sergio García (-12) ha sido capaz al fin de soltarse en los greenes y de escalar hasta la séptima posición.
Sentirse como Tiger Woods en el mismo corazón de Madrid
Y fue así desde el inicio. Desde el mismo jueves tuvimos a tres, cuatro o cinco españoles copando los primeros puestos, como si estuviera en su mano y dependiera sólo de ellos responder así a la magnífica respuesta que los aficionados españoles han dado a este evento. El golf español bombea emoción y aparece en la foto regordete y sonriente, con los ojos muy abiertos y los mofletes sonrosados.
