Extrañísima y sorprendente la actuación de Rory McIlroy (+9) en la primera jornada del Irish Open. Vuelta de 80 golpes, ni un solo birdie, 36 putts… Un patinazo en toda regla que llega después de fallar el corte en Wentworth. Aseguraba el Número Uno que, a pesar de la decepción, estaba dispuesto a sacarle rédito al hecho de haberse quedado fuera de juego la semana pasada, más que nada porque había tenido tiempo y ganas de jugar hasta tres rondas de prácticas completas en el Royal County Down en los días previos al torneo…
El fiasco por tanto para el norirlandés ha sido mayúsculo. De entrada comenzaba fallándolo todo o casi todo en los greenes y poco a poco el resto de su juego iba también haciendo agua. A su lado, Martin Kaymer (+8) no iba mucho más desahogado. Una peculiar confabulación la de estos dos jugadores (¡ni un solo birdie entre ambos! la última vez que McIlroy no hizo un birdie fue en el Memorial de 2012), ante la mirada atónita de Rickie Fowler (PAR), cabe suponer, el tercer componente del partido estelar que sí sacaba adelante una ronda notable, sobre todo si tenemos en cuenta que las condiciones son británicas en toda regla: ahora te pelas de frío, ahora llueve, ahora sale un poquito el sol, ahora arranca algo más que una brisa marina… Los líderes con la vuelta acabada (Willett, Kjeldsen, Grillo) no han pasado del -2 y con esa queda todo dicho.
Por eso, los resultados de Rafa Cabrera Bello (PAR), Miguel Ángel Jiménez (+1), Jorge Campillo (+2) y Álvaro Quirós (+2) son también más que aseados. Especialmente el del canario, que venía de sufrir lo suyo las dos últimas semanas, perdiendo el corte en El Prat y en Wentworth. Seguramente le ha venido bien arrimarse a Jiménez esta semana, puesto que salía a jugar con el malagueño una ronda de prácticas en el legendario recorrido de Newcastle…
