Álvaro Quirós (-2) ha arrancado el Mallorca Golf Open con una más que aseada vuelta de 69 golpes. Ha hecho cinco birdies y cuatro bogeys y se ha colocado en la zona media alta de la clasificación, lejos del líder provisional, eso sí, Marcus Armitage (-8), pero a tiro del top 10.
El golfista de Guadiaro aterrizó esta semana en Palma con una doble misión en su cabeza. La primera, la difícil, la que prácticamente es imposible, si nos permiten el recurso cinematográfico, es salvar la tarjeta. Para ello, necesitaría acabar segundo en solitario. Un pelotazo. «En el momento en el que pincho la bola en el tee del 1 pienso que es posible, si no, no estaría aquí, pero tal y como está mi golf ahora mismo es como el que juega a la lotería. Te puede tocar, sí, pero las posibilidades son muy bajas», aseguraba nada más firmar su tarjeta. Admite que tiene la esperanza aunque sea en un lugar recóndito de su cerebro.
Obviamente, una misión de este tipo exige un plan B. Si las cosas no salen hay que tener otra estrategia. La misión realista de Álvaro es jugar bien, mantener una buena actitud toda la semana y tratar de agarrar, aunque sea gota a gota, toda la confianza que pueda pensando en la Escuela. El jugador andaluz se ha hecho a la idea de que tendrá que pasar por la dura ‘selectividad’ del DP World Tour, y lo que toca es llegar lo mejor preparado posible. Cada golpe de esta semana cuenta. Lo sabe.
La vuelta de hoy ha sido el mejor ejemplo posible de por qué a día de hoy Quirós necesita un plan A y un plan B. Ha tirado cuatro bolas provisionales que han podido cambiar la vuelta por completo. Arrancaba con dos birdies «que parecía Tiger Woods», afirmaba risueño el golfista de La Cañada, pero acto seguido, en el hoyo 3, necesitaba hasta dos bolas provisionales desde el tee, las tres falladas por la derecha. Por suerte, encontró la primera y salvó el par, pero podría haber sido peor.
En el hoyo 6 tuvo que tirar otra provisional, de nuevo por un fallo por la derecha, y en el 17 otra más. Pues bien, en los dos casos terminó encontrando la primera ahorrándose un buen disgusto. En el 6 hizo bogey y en el 17 salvó el par con una buena opción de birdie. En la del 17 se salvó por la campana, pues encontraron la bola cuando el árbitro estaba ya casi en la cuenta de diez.
Esta es la inconsistencia de la que tanto se queja Quirós. No es el único jugador que la sufre. Es más, el 75 por ciento de los que están esta semana en Palma seguro que tienen esa misma sensación. Todos fallan golpes. Unos lo llevan mejor y otros peor. Álvaro, ahora mismo, lo lleva muy mal. Percibe que su golf está entre alfileres y la inseguridad lo consume.
La vuelta de hoy se puede ver de dos maneras. Uno: tirando cuatro bolas provisionales, algo que tampoco es habitual, ha conseguido un gran resultado de 69 golpes. O dos: he tirado 69 golpes que bien podrían haber sido muchos más de no ser por la suerte en las bolas provisionales. Álvaro atraviesa un momento que lo sitúa en la segunda opción y con eso tiene que lidiar.
Quirós es el mejor español después de la jornada matutina del Mallorca Golf Open. Todo lo que sea estar a PAR o mejor no es malo en este Son Muntaner. Por ahí andará el corte el viernes: PAR, -1 o -2, no debería ser mucho más que eso. Así, no son malos los inicios de Sebastián García Rodríguez (-1), Pep Anglés (-1), Carlos Pigem (PAR) y Rafa Cabrera Bello (PAR). Lástima la vuelta del canario porque empezó como un cañón, con cuatro birdies en los primeros cinco hoyos, y arrancando por la parte más asequible del campo. Más atrás, pero aún con margen están Ángel Hidalgo (+1) y Nacho Elvira (+1).
En cuanto a la cabeza, Armitage tiene dos golpes de ventaja sobre Rasmus Højgaard (-6) y Lukas Nemecz (-6). En la cuarta posición está Marc Warren (-4). Sí, a Son Muntaner se le pueden hacer vueltas bajas, pero tampoco es un vergel. Hay que jugar bien.
