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El escocés admite que lo pasó muy mal en el hoyo 18 con su bola en el búnker

De la pesadilla de MacIntyre a la que se ahorran (de momento) los Fitzpatrick

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Robert MacIntyre en el Omega European Masters del DP World Tour
Robert MacIntyre. (© Golffile | Stefano Di Maria)

Robert MacIntyre era un manojo de nervios en el hoyo 18 de Crans Sur Sierre este viernes. Iba de un lado a otro sin parar. Primero vio su bola en el búnker de calle y se le cortó la digestión. Después, como para olvidar, se fue al otro lado del fairway a buscar la bola de Adrian Meronk, perdida entre el follaje. El escocés miraba y miraba entre los árboles, pero en realidad no veía nada, no podía concentrarse, únicamente pensaba en cómo demonios iba a sacar el par desde la arena. La bola estaba fea, el tiro era delicado y el muchacho se estaba jugando el corte en el Omega European Masters y, casi nada, tres cuartos de la Ryder Cup.

Mientras Meronk buscaba su bola, la daban por perdida, regresaba al tee y pegaba su tercer golpe, a MacIntyre le dio tiempo a caminar hasta el green para ver sus opciones con su segundo tiro. Esto le permitió bajar las pulsaciones y tomar una decisión. Ya ven, una casualidad. Los pequeños detalles. «Estaba en una mala posición. Hubiera sido mejor en el búnker de atrás. Era un tiro horrible y el corazón me iba muy rápido. Había fallado muchos putts durante la vuelta y estaba allí de pie pensando en todo. Lo siento por Adrian, pero me vino bien el retraso para acercarme al green. La tiré larga porque era el único sitio donde podía fallar. Corto no podía. Estoy contento con la lucha y mi forma de pensar. Ya en Praga sufrí el viernes el día de corte y el fin de semana, más liberado, jugué bien. Espero poder hacerlo igual aquí en Suiza porque es un campo en el que se puede hacer resultado», explica.

De la pesadilla de MacIntyre en ese hoyo 18 a la de los Fitzpatrick. De momento, eso sí, ésta tendrá que espera. Ha sido el propio Matthew el que ha usado esa palabra cuando le han hablado de la posibilidad de jugar con su hermano Alex el sábado o incluso pelear por la victoria los dos el domingo. «Sería una pesadilla para mis padres. Nos llevamos cuatro años y no es una situación en la que nos hayamos visto mucho. Le he preguntado a Nicolai si a él le ha pasado con su hermano Rasmus (los Hojgaard) y me ha dicho que algunas veces. Ya veremos qué pasa», señaló con humor.

Matt y Alex han jugado juntos una vez. Fue en la tercera jornada del Alfred Dunhill Links Championship, en el Old Course, y los dos hicieron 69 golpes. De momento, en Suiza no habrá pesadilla para los Fitzpatrick porque este sábado salen los jugadores de dos en dos y Matt lo hará en el último con Björk y Alex saldrá justo antes con Langasque. «Yo no lo veo como una pesadilla para mis padres, al revés, sería mejor para ellos porque así se ahorran andar 36 hoyos. Si vamos juntos sólo tendrían que andar 18. Estaría bien», comentó con gracia el pequeño. Mañana los padres tendrán que ir haciendo la goma para ver a los dos hijos.

Por cierto, y hablando de los tee times, Aberg y Meronk juegan juntos este sábado en Suiza, para muchos dos de los principales candidatos a recibir las dos últimas invitaciones para la Ryder Cup. Otra prueba de fuego para el sueco.

Resultados en directo del Omega European Masters 2023