“No te voy a engañar, pasan los años y poco a poco cuesta un poco más viajar, salir de casa, dejar a tus niñas… Todo eso no es fácil”. La frase es de Sergio García. Una reflexión profunda y sincera. Como es el de Borriol. No esquiva ninguna pregunta y expresa sus sentimientos como le brotan, sin excusas ni barnices. Eso sí, que le cueste un poco más cada día no significa que Sergio no mantenga aún bien viva la llama del golf.
Las dos claves de la mejora de Sergio García
La gran pregunta es cómo se hace eso. Cómo se motiva uno cuando lo ha ganado todo y han pasado ya veinte años desde que debutó. Dos décadas dándole la vuelta al mundo y peleándose cada semana con los mejores. No existe una pócima mágica, pero Sergio se apoya en tres pilares fundamentales para seguir al pie del cañón con la misma ilusión de siempre, o al menos muy parecida.
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Uno de esos pilares es la competitividad. Quizá el más importante. A Sergio le encanta competir, probarse, medirse con los mejores. Por eso cuando pasa una mala racha nunca baja los brazos y por eso, también, le cuesta disimular fuera del campo de golf sus sensaciones en la cancha. Cuando Sergio es feliz jugando se le nota fuera. Y cuando no, también.
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El otro pilar es el amor por el juego. Sergio tiene la suerte de ganarse la vida con lo que más disfruta. No lo esconde. Y no es un tópico. Más de uno podrá pensar que cómo no le va a gustar ganarse la vida jugando al golf. Parece un privilegio. Pero claro, no es lo mismo que el deporte sea tu hobby a que se convierta en tu profesión, con todo lo que ello obliga de entrenamiento, horarios, viajes, esfuerzos lejos de la familia, esfuerzos con la nutrición… García lleva todo eso de manera natural desde siempre. No ha necesitado nunca ser el tío que más trabaja en una cancha de prácticas, pero tampoco ha dejado jamás de seguir trabajando a su manera.
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Y el último pilar, y no por ello menos importante, es la profesionalidad. Sergio sabe que el golf es su trabajo, que se tiene que ganar la vida y que es lo que mejor sabe hacer. Es responsable y se cuida. Respeta sus tiempos, sus horas de entrenamiento y cumple con sus obligaciones. Puede parecer obvio, pero tampoco sería extraño ver a otro en su posición bajando los brazos después de tantos años de éxito.
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Por todo ello, 23 años después de hacer 68 golpes en el Club de Campo Villa de Madrid y ofrecer su primera rueda de prensa, Sergio saldrá a jugar este jueves una vez más como uno de los grandes favoritos al triunfo.
