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En el reloj dieron las 12 y la carroza no se convirtió en calabaza

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Richard McEvoy posa con el trofeo de campeón en el Porsche European Open. © European Tour
Richard McEvoy posa con el trofeo de campeón en el Porsche European Open. © European Tour

Richard McEvoy tiene 39 años y lleva casi media vida como golfista profesional. Hasta hoy no había ganado un torneo del European Tour, nunca había estado entre los 200 mejores del mundo, jamás había terminado un año entre los 100 primeros de la Race to Dubai y sólo una vez consiguió finalizar en el top ten del orden de mérito del Challenge Tour.

Todo eso ha cambiado hoy en Hamburgo. McEvoy ha conquistado el Porsche European Open y su vida ha dado un giro. Veremos hasta dónde, pero lo que ya nadie le podrá quitar es que cada mañana, cuando se levante y se mire al espejo, al otro lado habrá un ganador del European Tour. Seguramente nadie, o casi nadie, lo ha buscado con más ahínco, paciencia y dedicación que el pelirrojo golfista inglés, un jugador que se ha ganado el respeto y el cariño de sus compañeros durante todos estos años en los que jamás se le pasó por la cabeza tirar la toalla. Asumió que era su profesión y se convirtió en un jornalero del golf al que 17 años después de hacerse profesional le llega la gloria. Nunca es tarde…

La victoria de McEvoy es una nueva muestra de ese rasgo tan peculiar y característico que tiene el golf. No hay deporte de máximo nivel donde la carrera pueda ser tan longeva. Siempre hay tiempo para tocar la gloria a poco que se tenga la paciencia, el tiempo, los recursos, la dedicación y, cómo no, el punto de suerte necesario para estar preparado cuando el tren pase por delante de tu puerta.

Hace apenas dos semanas, McEvoy estaba en el puesto 438º del ránking mundial, era casi el 200 en la Race to Dubai y ni siquiera estaba metido entre los 140 primeros de la Race to Ras Al Khaimah

Hace apenas dos semanas, McEvoy estaba en el puesto 438º del ránking mundial, era casi el 200 en la Race to Dubai y ni siquiera estaba metido entre los 140 primeros de la Race to Ras Al Khaimah. Sin embargo, el domingo pasado ganó el Le Vaudreuil del Challenge Tour y sólo siete días después se ha impuesto en el Porsche European Open del Circuito Europeo. Ha conseguido en una semana las mismas victorias que llevaba en sus primeros 16 años como profesional. No hay ninguna duda de que este es el cuento de hadas más bonito que se va a escribir en 2018.

La victoria de la ‘Cenicienta’ McEvoy no podía llegar de otra manera que con un final de torneo angustioso y terriblemente emocionante. El inglés hizo bogey en el hoyo 17 y se produjo un empate a cuatro junto a Renato Paratore, Christofer Blomstrand y el amateur alemán Allen John. Todo ellos estaban ya en la casa club y la victoria de cualquiera habría sido también muy emotiva, cada por un motivo distinto. Concretamente, para Blomstrand y John habría sido su primer triunfo en el Circuito Europeo y para Renato habría supuesto poner punto y final a una racha muy mala de resultados.

McEvoy salió al hoyo 18 con la necesidad de hacer un birdie para evitar el desempate. Antes, se habían quedado por el camino los que a todas luces eran los grandes favoritos: Paul Casey, Patrick Reed y Bryson DeChambeau, más madera para aderezar el cuento. Ninguno de los ‘tótems’ fue capaz de doblegar a los que aparecían como víctimas propiciatorias. Porque sí, porque esta es otra de las grandezas del golf, el 275 del ránking mundial puede ganar en una buena semana al campeón del Masters, a un ganador del PGA Tour que está metido en el equipo de la Ryder Cup y a una de las estrellas más rutilantes del golf europeo. Y jugando mano a mano, sin trampa ni cartón.

Si McEvoy era hoy la ‘Cenicienta’, en el reloj tocaron las doce justo cuando estaba tirando un putt de birdie de casi diez metros en el hoyo 18. Parecía el momento en el que la carroza se iba a convertir en calabaza, pero este cuento venía con el final cambiado. McEvoy embocó, se llevó el triunfo y la vida le dio un vuelco. El cheque de ganador cuatriplica el más alto que había recibido hasta el momento en su carrera. Ahora está entre los 20 primeros del Challenge Tour, se meterá entre los 140 mejores del ránking mundial y se ha situado en el puesto 63º de la Race to Dubai…Y lo más importante, ya tiene la tarjeta asegurada para los dos próximos años. Este año no toca Escuela, Richard.

En cuanto a los españoles, no ha sido la mejor semana, Nacho Elvira (+1) ha sido el mejor español, con una vuelta final de 76 golpes, Scott Fernández (+2) se ha despedido con 73 impactos y Adrián Otaegui (+4) ha finalizado con 74.

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