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Diez horas de espera y tres jarros de agua fría…

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Dos caddies se acercaron a Manolo Quirós ayer por la tarde en el campo de prácticas de Wentworth para entregarle sus tarjetas de presentación. “Ahí está mi teléfono, llámame si necesitas a alguien que te lleve la bolsa porque mi profesional está bastante mal y veo muy difícil que juegue mañana”…

Quirós, primer reserva del BMW PGA Championship, agradeció la información, pero declinó el ofrecimiento, ya que ha venido con su novia, Laura Cabanillas, que le lleva la bolsa. Las noticias invitaban al optimismo, aunque los jugadores son siempre reacios a lanzar las campanas al vuelo, ya sea por experiencia o por una simple cuestión de superstición. McGowan y Luiten andaban tocados y cualquier cosa podía pasar. Tocaba madrugar…

Quirós ha llegado al club hoy a las seis de la mañana. La jornada comenzaba a las siete y había que estar preparado por si alguien se retiraba. Iba directamente al campo de prácticas y allí estaba Ross McGowan, uno de los tocados que tenía prevista su salida a las siete y media. Las noticias mejoran por momentos. El inglés empieza a tocarse el hombro después de pegar las primeras bolas y hace gestos feos. No puede seguir. Se marcha directo al camión de los fisios. El español no le quita ojo y acelera el calentamiento.

McGowan regresa al campo de prácticas en compañía de un fisio. Se tumba en el suelo y recibe un nuevo masaje. Pinta mal. Quirós se frota las manos. Sin embargo, el británico se recompone, se toma una pastilla, acaba el calentamiento y sale a jugar. No sólo termina su ronda, sino que hace 68 golpes y se encuentra en el top 5. Increíble. Misterio McGowan.

Contrariado, Quirós permanece a la espera. Van pasando las horas. Al mediodía suena su teléfono. “Mr. Quirós, prepárese porque Oliver Wilson está en el médico y tiene muy difícil salir a jugar”. El inglés tiene salida en una hora.  Rumbo al campo de prácticas y otro cubito de bolas para el español. Apenas cinco minutos antes de su salida, le confirman que Wilson va a jugar. Otro jarro de agua fría.

Quirós regresa al campo de prácticas y las esperanzas de jugar quedan fulminadas. Joost Luiten está dando bolas y no aparenta ningún problema, pese a que la costilla lo tenía reventado ayer por la tarde.

A las 15.40 sale el último partido. Quirós, en el tee del 1, ve a Richard Wallis pegar el último drive de salida del día en este hoyo y se marcha diez horas después de llegar a Wentworth. Las noticias que llegaban del campo hacían si cabe más sangre. Tres jugadores retirados antes del hoyo 12…

Manolo se marcha a Londres y a partir del lunes estará en Gales donde juega seguro. De hecho, su sexto puesto en el re-ránking le garantiza la entrada en muchos torneos a partir de este momento. La única duda es el Open de Francia donde, por si acaso, jugará la previa.