Paul Dunne (-5), ganador la pasada semana del British Masters, es colíder del Alfred Dunhill Links junto a Nicolas Colsaerts después de una primera jornada en la que el joven irlandés ha jugado el Old course de St. Andrews y el belga en Kingsbarns. Estos dos campos se han jugado con una media de dos golpes más que Carnoustie, el tercero de los escenarios de la semana.
El día era limpio, claro y frío, con una brisa gélida escocesa haciendo de las suyas. Pero a Dunne, que además es un recio chicarrón del norte, poco le importan ahora mismo las condiciones. Sigue a lo suyo, a pesar de haber pagado el clásico peaje en el 17 del Old course, nada que no vaya a ocurrirle a un montón de jugadores esta semana y hasta el fin de los tiempos…
Habrá que ver cuánto tiempo anda subido en la nube, porque otro éxito esta semana sí podría dejarle algo más que abierto el camino hacia la Ryder, con más de un tercio del recorrido hecho en octubre. Colsaerts, por su parte, lleva tiempo sintiendo que ya es hora de volver a ganar (hace ya más de cinco años que no lo hace en el circuito europeo).
El arranque de la Armada ha sido algo lento y, si miramos hacia Carnoustie, extraño. Allí comenzaban Alejandro Cañizares (+3) y Pablo Larrazábal (+4) como auténticas motos, cada cual por un lado del campo y con parciales muy bajos. Sin embargo, ambos entraban acto seguido en una espiral muy negativa que ya no pudieron superar y que les ha complicado mucho la vida.
Carlos Pigem (-1 en el Old course) y Nacho Elvira (-1) y Álvaro Quirós (-1), ambos en Kingsbarns, sí ganaban la partida al campo y las apreturas de la clasificación dejan todas las puertas abiertas.
