Edoardo Molinari (-12) ha sido el ganador final del Open de Escocia en Loch Lomond. Un estreno triunfal de prestigio en el circuito europeo. De peso. Ganar este torneo no es ganar cualquier cosa. Seguramente es un punto de partida a la altura de la magnífica carrera de victorias que se intuye en este jugador…
El mayor de los Molinari ha ganado en una jornada áspera, complicada, en la que han brillado por su ausencia las tarjetas bajo par. De hecho, Edoardo ha ganado entregando hoy un 74, tres sobre el par en el día.
Pero la ventaja que él y Darren Clarke llevaban al resto de inicio, fue en efecto suficiente. Clarke (-9) se liaba de mala manera a la vera del green del hoyo 3, donde trataba de jugar una bola desde el agua sin éxito. Un doble bogey en ese punto abría las puertas de la desconfianza…
Edoardo llama ya a las puertas del equipo de la Ryder, aunque todavía va a necesitar buenos resultados para conseguirlo. Un equipo donde parece cómodamente instalado su hermano Francesco, que sigue apuntalando su presencia estelar en Gales, esta vez con un buen tercer puesto en tierras escocesas.
Álvaro Quirós (-2) ha luchado por meterse en el top-ten hasta el final. El bogey en el hoyo 13, par 5, ha roto una línea de solidez y eficacia que venía mostrando todo el día y que le estaba aupando a las primeras posiciones. En todo caso, ahí están una vez más los logros de este joven de Guadiaro (12º en Loch Lomond sin haber hecho ruido en toda la semana…). Cada vez más jugador. Cada vez más maduro. Cada vez más potente.
Alejandro Cañizares (+13) comenzaba hoy con tres birdies consecutivos… Pero un doble bogey en en hoyo 4 rompió ese fino hilo que a veces parece separar en golf la excelencia de la desgracia. Alejandro casi 'desconectó' en ese momento y terminaba con una tarjeta muy cargada.
