Edoardo Molinari (-6) ha entregado esta mañana la que hasta el momento es la segunda mejor tarjeta del torneo, por detrás sólo del 64 de ayer de Manassero. Aloha, por momentos, se ha teñido de ‘azurro’…
Ha sido un enorme 65 que le va a ayudar a dejar atrás recientes sinsabores. El mayor de los Molinari no pasó un gran año 2011, lejos del nivel de la temporada anterior, por ejemplo, en la que llegó a debutar en la Ryder Cup. Pero es que además, a finales de temporada ha sufrido un molesto problema en una muñeca que casi no le ha dejado practicar hasta hace muy poquitas semanas. Un hueso ‘rebelde’ que se ha salido de su sitio. Jugaba los torneos, eso sí, pero apenas podía entrenarse.
La de hoy ha sido su mejor vuelta del año, de largo. Su objetivo sigue siendo meterse de nuevo en el equipo europeo de la Ryder, y va a tener que espabilar para recuperar el terreno perdido: está a más de un millón de euros de la zona caliente.
Esta mañana, sin embargo, puede suponer el inicio de algo importante: ha jugado de cine por los primeros nueve hoyos, cerrando ese tramo con dos puros de considerable calibre: putt de quince metros en el hoyo 8 y otro de ocho metros en el hoyo 9. “Me han servido como venganza, porque estaba jugando muy bien pero sin meter demasiados putts”, explica el jugador.
