Todo empezó en septiembre del año pasado.
Borja Virto (Pamplona, 4 febrero de 1991) decide ganarse la vida con el golf y se hace profesional. Se lo toma con calma. No se pone grandes expectativas. “Me lo planteo con tranquilidad, para ir cogiendo experiencia y con el objetivo de sacarme la tarjeta del Challenge… Todo lo que ha venido después es algo increíble, un sueño”, asegura el navarro a Ten-Golf desde el coche en el que regresa a casa tras ganarse la tarjeta del European Tour a través de la Escuela.
Desde aquel mes de septiembre, Virto ha jugado el Alps Tour y algunos torneos del Challenge. Ha ganado dos pruebas del Alps, ha finalizado entre los cinco primeros en el orden de mérito (clasificación que otorga directamente la tarjeta del Challenge) y, encima, ha conseguido tarjeta del Circuito Europeo con una extraordinaria actuación en la Escuela. Cada cosa que iba ocurriendo mejoraba a la anterior. Ha sido su año mágico. “No me esperaba algo así. Mi objetivo era prepararme para la Escuela y me daba por satisfecho con la tarjeta del Challenge, pero todo ha ido muy bien, he jugado a un gran nivel y ha salido un año redondo. Estoy muy contento”, señala.
Virto ha demostrado garra y una enorme paciencia en la Final. Empezó con un 77, un mazazo que puede hundir a cualquiera. De hecho, sólo él y Jason Schrivener han conseguido la tarjeta empezando con un resultado tan alto. El golfista navarro nunca dudó de que lo podía conseguir. “Es cierto que empecé con +5, pero no me puse nervioso. Me veía jugando bien y sabía que tenía opciones. Ese 77 fue realmente muy raro, no jugué mal, pero no me salió nada. De hecho, hable con mi novia, con mi entrenador y con todos mis amigos y estaba tranquilo, les dije que lo podía conseguir. El segundo día hice siete bajo par y me coloqué arriba”, afirma.
Virto afronta ahora un nuevo reto. La idea es mantener el primer año la tarjeta. “Creo que es y debe ser el objetivo principal. La verdad es que no he pensado nada, ni siquiera sé cuándo es el primer torneo del Circuito Europeo, pero tengo claro que lo quiero jugar todo para coger experiencia. Me tengo que sentar con mi entrenador, Jesús Mari Legarrea y planificar”, apunta. Eso sí, no lo duden, estará en Sudáfrica la segunda semana de diciembre para jugar el Alfred Dunhill Championship.
Virto se hizo profesional en septiembre del año pasado tras pasar tres temporadas en la Universidad de Iowa State y una más en España como amateur. Sintió que había llegado el momento de pasarse a profesional. “La clave de este año es que he mejorado en todas las parcelas del juego y, sobre todo, he sido paciente, he sabido aceptar los fallos como parte del juego. Claro que cuando los cometes te enfadas, pero hay que saber digerirlos rápido. Para todo esto me ayudó mucho a principios de curso un psicólogo de Navarra, Luis Astráin”, apunta.
