– A Pedro Oriol se le iban escurriendo la confianza y las buenas sensaciones de principios de año casi sin darse cuenta, como arena fina entre los dedos. Hasta que llegó a Wentworth. Allí, en unos pocos hoyos encadenó unos cuantos golpes de esos que producen escalofrío, los temidos ‘shockets’… Como para no darse cuenta.
Crónica | Vacíos y agrietados, pero enormemente satisfechos
Y desde entonces no terminaba de recomponer la figura, hasta el punto que el madrileño lleva seis torneos consecutivos sin pasar el corte (antes de esta mala racha, muy al contrario, había pasado seis cortes en siete torneos). “Esta semana, aquí en Francia, me dije que tenía que cerrar la persiana y volver a empezar, y lo que he tratado simplemente es de hacer un swing con ritmo, sólo eso, ritmo. Y me ha ido bien”, explicaba el jugador después de firmar esa sobresaliente tarjeta de 71 golpes en la primera ronda del Open de Francia. Y tanto que le ha ido bien, porque en jornadas ventosas si algo prima y resulta imprescindible para salir airoso es no perder el ritmo.

– Nacho Elvira (+3) encontraba el premio a la paciencia en la recta final de su vuelta, terminando por el 9, con dos birdies en los últimos tres hoyos. La actuación conjunta de la Armada ha sido muy seria, con ocho jugadores metidos ahora mismo dentro del corte y, por tanto, dentro de la pelea por absolutamente todo. El Open de Francia ha visto hasta nueve triunfos españoles en la historia del circuito europeo, conseguidos por seis jugadores distintos, así que esta semana, tal y como van las cosas y aunque quede un mundo, tenemos derecho a soñar con la ‘Décima’.
Crónica | Cabeza fría y una lectura correcta de la situación

– Justin Thomas ha estado fino y con chispa con su análisis del campo, tras cerrar su primera vuelta de competición en el Golf National y pensando ya en la Ryder Cup. “Creo que todos agradeceremos en septiembre que la competición sea en formato match play… Con frío, viento o agua ahí fuera se pueden hacer números muy altos”. El estadounidense, que está confirmando esta semana en tierras galas la imagen de un joven natural y normal, educado y sencillo, reconoce que en Estados Unidos no se juega un campo no siquiera medio parecido a este y también se ha visto gratamente sorprendido por escuchar aplausos cuando ponía la bola en calle: “en Estados Unidos no ocurre pero aquí son conscientes, me parece, de lo que cuesta coger el fairway en este campo”.